En algún momento el hombre observa su estancia en el mundo, se verá parado frente a todo aquello que le rodee, ahora es consciente de que está. Quizá piense que se encuentra de la misma forma en la cual las cosas están –si las concibe inferiores, puesto que puede hacer uso de ellas o superiores a él, siendo éstas a las que se ve sometido, sin pensar en los fenómenos, no cobra importancia en este momento-, puede pensar que por algo se encuentra ahí, lo cual generará la incógnita de un ¿por qué?
Ya ha dado cuenta de estar en algún lado. De esto debe búsqueda para la solución a la pregunta elaborada. Aunque para dar salida a este problema tendrá que ir más allá. La pregunta misma lo obliga a hacerlo. Encontrará una respuesta a su duda en los fenómenos, los cuales son superiores a todo y no son dominados por nada, algo debe de moverlo todo, algo en algún momento decidió un orden para todo aquello que se percibe, algo tiene el por qué en sus manos.
Ahora el por qué, lo ha llevado hasta un punto en el cual dicho hombre ha sido puesto por un algo en el mundo, la razón de esto todavía es desconocida para el hombre, debido a que la pregunta tiene una respuesta que es ajena, primero debe dar razón acerca de quién es aquel que tiene el por qué en las manos.
Así el hombre, continuara elaborando preguntas y dando solución a las mismas. Seguirá creando seres que den realidad a su creencia e historias en función de los mismos que permitan ampliar el margen de su realidad inmediata. Cada una de estas cosas servirá para colocar una pieza más en el rompecabezas de su existencia. Después de elaborar una complicada red de preguntas y respuestas, intentando conocer quién es aquel o aquellos que han producido su realidad, ha dado vida al algo creador. Quizá ya no se vuelva a ver más a este ser creador como un algo, sino como un alguien que sea lo divino o pertenezca a ello. De un cierto modo ajeno a la realidad inmediata, aunque poseedor y señor de la misma. A éste le será creada una historia que al mismo tiempo narra la creación del hombre. Podría, ahora sí, obtener la información acerca de su por qué, siempre que el ser superior lo permita.
El hombre ha creado un mundo en el cual resuelve las preguntas ¿Qué? ¿Quién? y ¿Cómo? indirectamente ha dado una respuesta al por qué inicial, del cual considero ha quedado claro la respuesta pertenece a ese algo creador. Con la construcción que ha realizado sobre de un mundo y la forma en que éste ha sido creado, lo cual supera su conocimiento –sin olvidar que el ser creador ha sido creado por él, aunque no genere la conciencia de ello-, el hombre da realidad a su existencia, la narración que en algún momento sirvió para responder ciertas incógnitas se ha convertido en realidad. El mito mismo es realidad del hombre y de su origen.
El mito siendo una realidad debe ser divulgado como verdadero, dado que aquello se ha considerado como hecho verídico del origen del mundo y por lo tanto del hombre, debe ser visto bajo un carácter de cierto, por ello no será nombrado como mito –en el momento que éste es creado-, ya que de ser así la única realidad que podría adquirir sería la de historia fantástica y solamente existir en tanto que es contada. Por eso mientras lo narrado exige lo verdadero en él, la narración exige la creencia del oyente.
El mito puede o no obtener este carácter de realidad dependiendo del tiempo y del espacio. Aquello que ahora es considerado como mito, solamente es para quien lo percibe de este modo, el mito tiene en sí mismo la realidad de un determinado momento con su respectivo punto geográfico. En algún punto sirvió para dar razón al ser, a las costumbres, a la religión, la ética, la política, etc. de un pueblo. Ahora esta realidad se ha vuelto mito, lo verdadero, aunque en algunos puntos converge entre los distintos pueblos, en otros es completamente distinto -incluso se contrapone-, la verdad está dada por aquella tesis que pueda sostenerse ante la otra, al mismo tiempo que resuelva las incógnitas del nuevo paradigma.
La narración de un mito, ya sea oral o escrita, contiene las característica más propia del ser humano: el uso de la razón, siendo ésta la que le de la característica de realidad. En tanto que el hombre admira un mundo, el cual en ocasiones es ajeno, el razonamiento, la interpretación y la capacidad de verse a sí mismo como parte del todo, será lo que le dé este carácter de real.
Antonio C.
– de entrada puedo decirte que es rara la manera en que nos referimos a la consciencia que tenemos del mundo en que vivimos como algo súbito, es decir, que pasa de repente en un momento; lo cual supone que antes de eso nos movíamos en nuestro vivir comogente dormida o algo así. me sonó como a si no fuera el caso que el hombre es en el mundo y está en él sino hasta que es consciente de ello. ¿acaso todo aquel que no se pregunta el porqué de las cosas no es en el mundo ni está en él? un problema aparte es que esa consciencia de que hablas me suena como si fuera algo necesariamente angustiante, tanto como para buscar explicaciones de lo que nos rodea. ahora bien, lo que nos rodea, el mundo, está compuesto por varias cosas, lo que me lleva a pensar que no todo preguntar por las causas, pues diversos modos de hacerlo hay, nos ha de conducir a la pregunta por la divinidad, tal como pareces asumir en el escrito, por lo menos en cuanto a algo que controla u ordena (tras haber creado, por cierto) sin que tenga algo más que ver con eso que controla u ordena. ¿no podemos pensar en el fundamento, en la divinidad quizás, de otra manera? si no, creo que es innevitable pensar en él o como un pastor o como un guardia, y no sé si sean las únicas formas.
– y hablando de esto de la divinidad, según entendí, los mitos respecto a ella, son las explicaciones a las que recurre el hombre para entender el mundo que lo rodea y en el que se ve inmerso; pero que no son mitos sino hasta que pasa el tiempo (o el espacio) y alguien más, algún otro grupo de humanos, que tiene otras creencias, otras explicaciones, sabe que los de las otras culturas o grupos humanos no son ciertas. no sé si al entender a los mitos así, los estemos viendo desde una perspectiva afortunada.
en lo personal me sonó mucho a los paradigmas de la ciencia de los que habla Kuhn, lo cual es una visión muy relativista, historicista y progresista, y me cuesta trabajo estar de acuerdo; pues la verdad de las explicaciones o de los mitos radica en que son creación del hombre; y la verdad del hombre es que es creación de la divinidad. no sé si haya otro modo de salir de este círculo que no sea dogmática, en el sentido de que, según alcanzo a ver, es necesario olvidar uno de los dos extremos para que siga funcionando el otro. por fuerza hemos de devenir dogmáticos. en ese contexto, habría que preguntar si es mejor confiar ciegamente en un creador que no somos nosotros y a cuya voluntad nos vemos expuestos y entregados; o hacerlo, también ciegamente, en nuestra capacidad de seguir creando explicaciones para todo, lo cual ha de derivar en el relativismo o la lucha insoluble entre voluntades.
¿qué dices?
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Cuatro cosas:
1. A Antonio C. Si llevamos al extremo tu argumento, el fundamento mismo de tu explicación se mitologiza, si eso también es mito en el sentido que señalas al final (y que martinsilenus correctamente asemeja a Kuhn), no hay manera auténtica de que puedas responder a algún cuestionamiento de quien no comparta tu mito fundamental. Por tanto, el mito viene a revelarse aquí como un uso de la razón que cancela el aspecto más vivo de la razón. Ahí hay problema.
2. A martinsilenus. Respecto a tu primer punto: ¿siempre es angustiante el cuestionar causal?
3. A martinsilenus. Respecto al segundo punto: no entendí. En el contexto de lo dicho por Antonio ¿realmente hay la posibilidad de confiar ciegamente en un creador que no somos nosotros?
4. Podríamos sacar mucho jugo a la indicación de martinsilenus sobre que transcurre cuando se forja un mito: ¿el tiempo o el espacio?
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cuatro cosas respecto a las cuatro cuestiones planteados por Námaste:
1- ¡¡¡¡Responde autor!!!!!
2- me parece que, a partir del escrito de Toño, parece que sí, aunque no deja de ser un supuesto que no se cuestiona en el mismo.
3- es bastante confuso. para ser sincero, no me parece que haya otro. sin embargo, a partir del truquito ese que parece que plantea el autor, y que es necesario para que se consolide el mito de cada caso, también tenemos que suponer que acabamos creyendo ciegamente que sí hay otro creador, y consecuentemente confiar en él (ya seamos todos, o por lo menos los que no implantan el mito en cuestión, en cuyo caso todo esto deviene lucha entre la voluntad dueña de los medios de producción de mitos, y la voluntad sometida al dogma que se deriva de tal mito).
4- chale. tendré que pensarlo mucho, pero me aventuro a creer que tiempo. y me aventuro mucho más a creer que el espacio va implícito en esta creación de tiempo (pero no me hagan caso). ¿se podría decir que se crea espacio cuando se crean límites que quizás otro paradigma «demuestre» falsos?
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Mas que crear espacios, martinsilenus, lo pensaba en cuanto a el modo en que se encuentran supuestas las ideas de espacio y tiempo en la argumentación que admite la creación de mitos, pues sospecho que si creemos que la creación de mito pasa por asimilación mediante la costumbre, es decir que algo llega a ser mítico después de tanto repetir algo, lo que ha pasado es el espacio, pues se piensa al tiempo como una instancia del mismo, por eso transcurre, por eso es lineal. Creo que otra cosa sería si transcurriese el tiempo, pues así el mito, para ser presente, necesitaría estar fuera del tiempo.
¿Cómo ven?
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Me parece atinado comentar que aquello del mito «aceptado» o «válido» en tanto que sea creación meramente humana, es bajo el régimen en el cual vivimos. Como si lo verdadero sea, lo que nosotros creamos que es verdadero. Pero ¿qué es si no precisamente eso, toda nuestra gama de paradigmas? ¿Que dices Ant Co?
Y me gustaría que me aclaráras eso del punto sutil del mito como necesidad. Me pareció muy interesante.
Muy buen texto.
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Yo sólo puedo añadir dos cosas:
1. Espero que el autor responda.
2. Sobre el último comentario de Námaste; tengo mis dudas respecto a que haya una posibilidad de que el mito se ubique fuera del tiempo, en especial si partimos del supuesto de que éste es creado por el hombre para explicarse su existencia. En tanto que creado el mito parece tener necesariamente un principio, tomado como origen, y un final, que sería la cancelación de ese mito por otro más «convincente», de modo que no concivo la posibilidad de un mito que sea a la vez creado y que se pueda ubicar fuera de tiermpo. ¿podrías aclararme mejor ese asunto?
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Ojalá ahora sí lo pueda decir claro, o al menos más claro.
Pienso que cuando se habla de la creación de un mito suele interpretarse a ésta como una instauración consuetudinaria paulatina del mismo, es decir, el mito llega a ser a partir de la repetición del mismo. Cuando así se piensa, suele suponerse que el mito a llegado a ser porque ha pasado tiempo, porque el tiempo ha transcurrido. Suponiendo esto, se está interpretando al tiempo como una instancia del transcurrir espacial, pues la descripción del sentido del paso del tiempo es lineal, y sólo puede ser lineal en tanto se interpreta de forma espacial, en tanto se supone que el paso del tiempo es un recorrido entre un ahora y otro ahora. Digamos que la suposición del tiempo como instancia del espacio es el fundamento que nos permite hablar de instauraciones del mito. Hasta aquí no he hecho nada más que exhibir el fundamento de este modo de pensar.
Por otro lado, creo conveniente preguntar qué le pasa al mito cuando la explicación de su origen no supone una visión lineal del tiempo, o lo que es lo mismo: preguntar por su origen no es preguntar cuándo surgió, sino por qué surgió. Sólo en este sentido se podría afirmar que el mito está fuera del tiempo.
Ahora bien, tal como lo dices Maigo, si aceptamos que los mitos se crean y, como el autor de esta entrada nos sugiere, no sólo se crean, sino que también se substituyen a conveniencia, no es posible sostener lo que dije. Estás en lo cierto.
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Hola Námaste:
Muchas gracias por aclararme a qué te refieres cuando hablas del mito como algo temporal, pues gracias a ello me has dejado en claro que la pregunta no señala hacia el cuándo, sino al por qué nace un mito.
En verdad espero que el autor se digne a responder, pues ese asunto no me queda del todo claro a partir de la argumentación que nos ofrece.
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