Inventaré la ausencia de mí mismo
Para que ni si quiera el recuerdo me recuerde
Y sin que lo sepa nadie, seré la noche
Lo mismo que una luna, la luna que lo mismo.
Sin que lo sepa nadie, ni yo mismo
De mi noche llorarán estrellas
De mi nada quedarán las huellas
Inventando la ausencia de mí mismo.
Si me olvido del recuerdo
Brota en mí una luz de destellos plenos
Y sin si quiera yo saberlo
Los colores de un alma se hacen nuevos
Y nuevo es cada instante eterno
Y eternos son los ojos que lo vieron todo…
hola pasatem si queres
yo tamb amo la poesia.
felicitaciones
Me gustaMe gusta
Me ha gustado, y bastante. Muy equilibrado, pero me desconciertan demasiado los tres puntos finales, como el intento de evadirse nos alejara de la rotundidad atómica del punto. Buen poema.
Me gustaMe gusta
– buen poema.
– una cosa me dejó confundido: ¿quieres decir que hay una conexión, quizás de tipo causal, entre el inventarse como ausente y el sentimiento de superioridad y la autodivinización de la postura del hombre ante el mundo o ya estoy exagerando en mi hermenéutica? yo creo que es probable que yo no sepa leer poesía y ya esté proyectándome, más bien.
– reitero, buen poema.
Me gustaMe gusta
Muy buen poema, me ha gustado mucho la posibilidad de pensar en la propia ausencia, pensamiento que exige la presencia del pensante y la falta del pensado. ¿Será que vemos a lo que no está a partir del pensante que sí está presente?
Me gustaMe gusta