Cuando Anito se hace pasar por Sócrates

 

La filosofía es crítica porque nació

sabiendo de sí misma, y cada uno

de sus actos implica este saber.


Si algo nos enseña la filosofía clásica es que eso de la filosofía no es cosa fácil. Y no es fácil porque la labor filosófica siempre está puesta en duda, siempre es susceptible de sospecha. Y es sospechosa porque busca la verdad, porque duda de aquello que todos los demás no dudan, porque pregunta por aquello que todos los demás ya saben, porque -en definitiva- lleva al otro a la exigencia de la honestidad. Que eso sea problema quizá se deba, o bien a que la honestidad requerida por la filosofía es falsa, o bien a que los lugares en que el filósofo pregunta son necesariamente sombríos. De cualquier manera, pensar el conflicto del filósofo y la sociedad es una tarea ineludible al quehacer filosófico: el filósofo no sólo ha de dar razón de sí ante el otro para la reconciliación política, sino que ha de dar razón de sí ante sí mismo para la vida ética.

Curiosamente, aun cuando la ética y la política están tan indisolublemente ligadas, en el discurso sólo la segunda es publicable: de nada sirve que el filósofo pregone su honestidad mientras se contradiga con los actos. Y es en esta plaza pública de la política donde Sócrates hubo de defenderse, donde parece haberse originado cada intento apologético de éste, donde habría de intentarse cada reconciliación política necesaria. Ahora, un grupo de pretendidos filósofos presume lanzarse a la plaza pública para defender a la filosofía del peligro que representa la Reforma Integral de Educación Media Superior. El grupo de pretendidos filósofos se conforma de varios profesionales de la filosofía: director de este instituto, presidente de aquella asociación. A la fecha dicho grupo ha publicado dos boletines sobre el asunto. Vale la pena pensar lo que en ellos se dice.

El primer boletín -fechado el 25 de marzo de 2009- contiene argumentos demoledores que salvaguardan a la desamparada filosofía. Comienza señalando, desaliñadamente, el sentido de la Reforma y después plantea cuatro consecuencias de la misma: (1) desaparición de la obligatoriedad de las materias filosóficas en el nivel medio superior; (2) substitución del enfoque filosófico del curso de ética, por un enfoque orientado a la consolidación de valores ciudadanos; (3) pérdida de puestos de trabajo de los profesores de filosofía, y la necesaria adecuación futura de aquellos que no pierdan su empleo a la subordinación de las disciplinas básicas; y (4) disminución del número de ingreso de estudiantes a las escuelas de filosofía, “debido a la escasez de plazas laborales, lo cual de manera paulatina podría llevar a la desaparición de las licenciaturas en filosofía”. El boletín no dice más. Nunca explica, por ejemplo, si hay alguna razón para que no desaparezca la obligatoriedad de las materias filosóficas, o cuál sería el problema de substituir un curso de ética por uno de formación cívica, mucho menos llega a sugerir -ni con la más sedosa de las levedades- si habría algún problema con la desaparición de la licenciatura en filosofía. ¡Cómo si eso se explicara por sí mismo!

Tan críticos como son todos los profesionales de la filosofía, seguramente se dieron cuenta de las carencias del primer boletín y decidieron publicar un segundo, que enmendara la plana. De plano, no lo lograron. En el segundo -fechado el 30 de marzo de 2009- afirman: “la filosofía contribuye a la formación de la ciudadanía; el respeto al multiculturalismo; los derechos humanos; el pensamiento crítico y la democracia”; “lejos de lo que pudiera pensarse, estas disciplinas [ética, estética, teoría del conocimiento e historia de la filosofía] contribuyen a que cualquier persona desempeñe de una mejor manera cualquier actividad”; “la enseñanza de la filosofía, implica el desarrollo de una formación personal que tiene como resultado la constitución de ciudadanos con un pensamiento crítico, autónomo y reflexivo”; “este contacto de los jóvenes con el quehacer filosófico los hace más conscientes de sí mismos y del mundo en que viven, permitiéndoles una verdadera educación en valores frente a la corrupción, la desigualdad extrema, la discriminación y la ignorancia”; “la nueva reforma atenta en contra de este tipo de formación, absolutamente necesaria en un mundo cuyas tendencias principales son el productivismo que ha llevado a la destrucción de los sistemas ecológicos; la automatización y sus efectos; la desigualdad; la crisis de valores y la transición hacia una nueva figura del mundo”. Sostienen, por tanto, que la enseñanza de la filosofía es indispensable para superar la actual crisis de Occidente, y que por ello negar la posibilidad de la actividad académica con enfoque filosófico es negar la posibilidad de que la filosofía salve al Mundo.

Sin embargo, estos críticos entre los críticos no logran demostrar que sus propuestas son ciertas, o siquiera plausibles; pues, además de tener mayor semejanza con el rostro de los buenos deseos que con el análisis de la naturaleza de las cosas, la terca realidad puede exhibir que sus postulados son más falsos que verdaderos, que se acercan más a los dogmas de la fe ilustrada que a las evidencias de la vida diaria. Afirmar que la filosofía puede salvar al Mundo, mientras se reconoce que a la fecha la misma filosofía ha formado a los derruidores del mismo, es liberar a la filosofía de la responsabilidad de su propia acción, es suponer que la actual crisis de Occidente nada tiene que ver con la filosofía, que ella anduvo ocupada con otras cosas mientras el ruin “productivismo” y el “adiestramiento práctico-utilitario” se apoderaban del mundo. ¿Nadie lo vio? Falso. ¿Ninguno de nuestros filósofos se dio cuenta del peligro? Falso, los filósofos sí lo vieron, lo advirtieron y lo pensaron. Eduardo Nicol, por ejemplo, elaboró una reflexión cuidadosa y detallada sobre el asunto, y advirtió que para pensar el porvenir de la filosofía era necesario pensar la naturaleza de la misma. ¿O será más bien que los profesionales de la filosofía colaboraron gustosamente con el proyecto mientras no afectaba sus intereses? Recuerdo que algún gurú de la lógica -hace sólo cuatro años- vociferaba gallardo al presumir que sin la lógica, que él se encarga de desarrollar y usufructuar, no habría progreso tecnológico. ¿Y ahora se indigna de la implementación de un enfoque “práctico-utilitario”? ¿Ahora le encuentra peros al “productivismo”? ¿Cuál coherencia al firmar?

Seamos claros y llamemos a las cosas por su nombre: la filosofía sí está en peligro, pero no por la Reforma Integral de la Educación Media Superior, pues lo reformadores no están siquiera interesados en la filosofía, ella es anodina, no representa ninguna dificultad, nadie la toma en cuenta, está de más; la filosofía enfrenta mayor peligro cuando sus profesionales no la toman en serio, cuando unos farsantes -junto a su horda de forofos- la prostituyen cosechando intereses ajenos a ella escudados en su defensa, cuando la hacen perfectamente abacia. Lo que sí resulta afectado por la reforma es la burocracia académica que permite desarrollar su modo de vida a los profesionales de la filosofía. El primer boletín señala claramente el problema: pérdida de puestos de trabajo que ocasionará disminución del ingreso a la enseñanza filosófica y con ello otra pérdida de posiciones laborales. Está claro: nuestros profesionales de la filosofía no están interesados en la filosofía, no llegan a las escuelas a estudiar filosofía, sino a hacer carrera académica para asegurar un lugar en la burocracia. Por tanto, esta defensa de la filosofía que presumen los pretendidos filósofos no es más que el atrincheramiento de un gremio que no quiere perder privilegios: universitarios asustados que miran pasmados cómo se disuelven entre sus dedos las posibilidades de acceder al poder que les fueron prometidas. Su boletín sólo intenta resguardar su botín. La filosofía es otra cosa y se le defiende diferente: con honestidad, no con hipocresía.

Námaste Heptákis


Coletilla: Los documentos oficiales de la reforma pueden encontrarse aquí. Los boletines de los inconformes están aquí y ellos mismos facilitan algunos documentos aquí. Las firmas de apoyo se recolectan aquí. La UNAM expresó su posición oficial en un boletín del 27 de marzo.

P.D. Tomando en consideración las primeras 200 adiciones al desplegado del Observatorio Filosófico que he comentado en esta entrada, he extraído algunos datos de interés, cuya interpretación dejo al lector, quien «ha sido formado por la filosofía» y por tanto «sabe pensar».

 

147 de los 200 señalan su filiación académica. El 19.5% da cuenta de su grado académico. 19 de ellos se anuncian como funcionarios académicos. 12 publican su trayectoria académica como parte de su adhesión. 2% cree pertenecer a un gremio ignorado. 24 están convencidos de que el camino para echar atrás la reforma es luchar. 15% asegura su colaboración con el Observatorio Filosófico. El 23% considera que la reforma implicaría una pérdida de la humanidad. 35 sugieren que tras la reforma se dejará de pensar. El 8.5% considera que con la reforma peligra el pueblo mexicano. 13 personas responsabilizan, tanto de la reforma como de sus consecuencias, a la globalización y 18 al neoliberalismo. El 3% considera que la información sobre la reforma se ha ocultado. Tan sólo 3 personas proponen divulgar la importancia de la filosofía como medio de acción ante la reforma. 1 persona propone trasladar la enseñanza filosófica a internet y otra sugiere buscar apoyo económico de diversas fundaciones para continuar la didáctica filosófica; nadie ha retomado sus propuestas.

Del 22 de abril. ¿Cuándo se ha logrado una defensa, revolución o movimiento sin recursos? ¿De dónde van a salir los incentivos que justifiquen la defensa de esa noble actividad no utilitaria que lleva por nombre filosofía? No es de sorprender el hecho, tan sólo sorprende que se hayan tardado tanto, pero los nada exánimes dirigentes del Observatorio Filosófico han creado, humildemente, una cuenta bancaria para recibir aportaciones voluntarias. ¿A poco creían que la grilla se paga sola? Eso sí, aseguran que todas las cuentas serán claras.

Por cierto, tampoco es de sorprender que a la ‘bola’  se sumen los revolucionarios profesionales. Echénle un ojo a la lista de firmas y encontrarán a dignísimos vividores sociales.

¡Esto va con tan buen camino!