SER Y CANTO
A lo largo de la historia del hombre, en todas y cada una de las sociedades tanto antiguas como modernas, ha sido necesario dar paso a la resolución de las incógnitas que la existencia y la estancia de éste en el mundo generará. Por ello la creación de una cosmología y de una cosmogonía (sacando los conceptos del mundo griego para adaptarlas a cualquier sociedad) da realidad a la existencia, primeramente del hombre y su estancia en el mundo; segundo da realidad al mundo, del cual él también forma parte. Aquí es donde el mito cobra su importancia y se convierte en realidad ya que no puede ser considerado como mito. Pero el mito solamente cumple con la función de dar razón del mundo, pero no de las acciones del hombre, dado que de ello se encarga la religión, ésta con respecto al mito, da las normas que rigen la sociedad, en función a la realidad que en mito ha dado y la cual sirve a la religión para establecer las normas de la sociedad. Une vez que la religión ha cumplido con dar las respuestas necesarias y el orden que le corresponde es necesario dar paso a algo que vaya más allá de ella en cuyo caso, eso que va más allá necesariamente tendrá que ser la filosofía. Es claro que si hablamos de la filosofía desde el punto griego, no puede negarse su existencia en él, pero qué pasa al momento de hablar de ella desde otros pueblos, ya sean pueblos orientales, anglosajones, prehispánicos, etc. ¿No se encuentran rasgos de filosofía en ellos? ¿Lo único que se muestra en dichos pueblos es sólo mito y religión? Si consideramos que la filosofía solamente debe ser analítica y en función al tratado, podemos contestar afirmativamente la primer pregunta realizada y decir que efectivamente en aquellas sociedades no hay rasgos de filosofía, pero si consideramos que la filosofía con este carácter analítico y solamente es un progreso de la filosofía, la cual en sus primeros tiempos y respecto a la etimología de la palabra, era considerada como la sabiduría y aquel que tenía la capacidad de poseerla era considerado un sabio, por lo tanto está presente la capacidad de que en dichos pueblos haya filosofía como tal. En algún momento el hombre observa su estancia en el mundo, se verá parado frente a todo aquello que le rodee, ahora es consciente de que está. Quizá piense que se encuentra de la misma forma en la cual las cosas están –si las concibe inferiores, puesto que puede hacer uso de ellas o superiores a él, siendo éstas a las que se ve sometido, sin pensar en los fenómenos, no cobra importancia en este momento-, puede pensar que por algo se encuentra ahí, lo cual generará la incógnita de un ¿por qué? Ya ha dado cuenta de estar en algún lado. De esto debe búsqueda para la solución a la pregunta elaborada. Aunque para dar salida a este problema tendrá que ir más allá. La pregunta misma lo obliga a hacerlo. Encontrará una respuesta a su duda en los fenómenos, los cuales son superiores a todo y no son dominados por nada, algo debe de moverlo todo, algo en algún momento decidió un orden para todo aquello que se percibe, algo tiene el por qué en sus manos. Ahora el por qué, lo ha llevado hasta un punto en el cual dicho hombre ha sido puesto por un algo en el mundo, la razón de esto todavía es desconocida para el hombre, debido a que la pregunta tiene una respuesta que es ajena, primero debe dar razón acerca de quién es aquel que tiene el por qué en las manos. Así el hombre, continuará elaborando preguntas y dando solución a las mismas. Seguirá creando seres que den realidad a su creencia e historias en función de los mismos que permitan ampliar el margen de su realidad inmediata. Cada una de estas cosas servirá para colocar una pieza más en el rompecabezas de su existencia. Después de elaborar una complicada red de preguntas y respuestas, intentando conocer quién es aquel o aquellos que han producido su realidad, ha dado vida al algo creador. Quizá ya no se vuelva a ver más a este ser creador como un algo, sino como un alguien que sea lo divino o pertenezca a ello. De un cierto modo ajeno a la realidad inmediata, aunque poseedor y señor de la misma. A éste le será creada una historia que al mismo tiempo narra la creación del hombre. Podría, ahora sí, obtener la información acerca de su por qué, siempre que el ser superior lo permita. El hombre ha creado un mundo en el cual resuelve las preguntas ¿Qué? ¿Quién? y ¿Cómo? indirectamente ha dado una respuesta al por qué inicial, del cual considero ha quedado claro la respuesta pertenece a ese algo creador. Con la construcción que ha realizado sobre de un mundo y la forma en que éste ha sido creado, lo cual supera su conocimiento –sin olvidar que el ser creador ha sido creado por él, aunque no genere la conciencia de ello-, el hombre da realidad a su existencia, la narración que en algún momento sirvió para responder ciertas incógnitas se ha convertido en realidad. El mito mismo es realidad del hombre y de su origen. El mito siendo una realidad debe ser divulgado como verdadero, dado que aquello se ha considerado como hecho verídico del origen del mundo y por lo tanto del hombre, debe ser visto bajo un carácter de cierto, por ello no será nombrado como mito –en el momento que éste es creado-, ya que de ser así la única realidad que podría adquirir sería la de historia fantástica y solamente existir en tanto que es contada. Por eso mientras lo narrado exige lo verdadero en él, la narración exige la creencia del oyente. El mito puede o no obtener este carácter de realidad dependiendo del tiempo y del espacio. Aquello que ahora es considerado como mito, solamente es para quien lo percibe de este modo, el mito tiene en sí mismo la realidad de un determinado momento con su respectivo punto geográfico. Ahora esta realidad se ha vuelto mito, lo verdadero, aunque en algunos puntos converge entre los distintos pueblos, en otros es completamente distinto -incluso se contrapone-, la verdad está dada por aquella tesis que pueda sostenerse ante la otra, al mismo tiempo que resuelva las incógnitas del nuevo paradigma. La narración de un mito, ya sea oral o escrita, contiene la característica más propia del ser humano: el uso de la razón, siendo ésta la que le dé la característica de realidad. En tanto que el hombre admira un mundo, el cual en ocasiones es ajeno, el razonamiento, la interpretación y la capacidad de verse a sí mismo como parte del todo, será lo que le dé este carácter de real. El mito como se ha visto, surge bajo la necesidad de dar respuestas a cuestionamientos humanos relacionados con el orden natural, pero solamente en tanto que sirve para dar una explicación, la cual dé realidad y porque a las preguntas hechas por el hombre respecto dicho orden, si se sigue por este camino el mito dará un salto a la religión. Ahora será ella quien sirva para dar razón al hombre respecto de lo que es, a las costumbres, a la creencia, la ética, la política, etc. de un pueblo. El mito sirvió para dar razón acerca de la construcción tanto de un mundo como de una realidad concreta. En el momento que ha dado una explicación completa sobre la cosmogonía (la cual nos refiere a la formación del universo conocido por el conjunto de hombres que han acordado en él) y la cosmología (tratando en ella las leyes que rigen el universo conocido) es momento de dar paso a la religión, donde una vez que se ha estructurado la formación del cosmos se encargará de dar forma a las distintas reglas y formas de ser respecto a la acción humana. Hasta ahora, tanto las interrogantes característicamente humanas, como la facultad de responderlas, resultan ser algo propio de todas las sociedades, pueblos y civilizaciones, en sí algo propio de lo humano incógnitas respecto al mundo las cuales el hombre hará todo el intento por responder tanto de él como de aquello por lo que se ve envuelto. También en este momento, debe ser claro que existe cierto tránsito del mito a la religión, así como los cuestionamientos que se generan respecto al mundo, no son propios de una sociedad o de un pueblo, sino que son una inquietud propia de la humanidad, pero qué sucede si la religión –la cual, hasta este punto es nuestra etapa más avanzada del pensamiento- no cumple con la resolución de las incógnitas realizadas por el hombre. Éste tendrá que ir un paso adelante y será por ello que haga el intento por llegar al conocimiento más avanzado, el cual supere todo conocimiento actual. Estamos acostumbrados a pensar que la filosofía es algo propio de las culturas occidentales, y de cierto modo no es falso, debido a que son estas las que llevan la filosofía hasta su cumbre, por lo menos respecto a la razón como tal, la capacidad de analizar y posibilidad de profundizar en los cuestionamientos propios de estos pueblos. Pero al concebir la filosofía de este modo tenemos que aceptar que esta solamente es una superación de la filosofía en sí misma o una evolución de ella. Pensemos en la etimología de la palabra y solamente nos quedaremos con la mitad de ella: σοφία (sofia) lo cual quiere decir sabiduría. Si lo pensamos de este modo la sabiduría es el grado más alto del conocimiento, pero el conocimiento no es el mismo para todas las culturas, varía dependiendo de los mitos costumbres, creencias, etc. Por lo tanto la sabiduría es el conocimiento más alto con respecto a una sociedad. Si se separa la filosofía en dos, pensando que una de ellas es el origen de ella y la otra un momento avanzado de la misma, se puede nombrar a la primera como filosofía de los sabios y a la segunda como filosofía racional . Se ha considerado en mucha ocasiones que la filosofía es algo propiamente, o griego o alemán, y si lo pensamos desde la filosofía racional, así es, pero si lo pensamos desde el punto de vista de la filosofía de los sabios no, puesto que dichos sabios han existido en todas las culturas o por lo menos en las más importantes –y no con esto intento quitar el peso propio de la filosofía occidental, solamente intento dar razón de que existe filosofía en otros lugares, primordialmente para este ensayo, que existe filosofía prehispánica. La filosofía, por principio se encarga de producir sus propias formas, posteriormente se encargará de responderlas, aunque es importante resaltar que dentro de estas culturas por lo menos es notorio el carácter ético que regula la acción humana, y esto comienza a ser filosofía según las dos categorías puestas anteriormente. En los cuestionamientos ya sea relacionados con la estancia en el mundo; o con la muerte; o con la correcta conducta y acción del hombre, se encuentran claramente preguntas que dan muestra del intento por alcanzar este conocimiento que lleva hacia la condición de sabiduría. En culturas como la de los pueblos prehispánicos se ve el intento por dar el brinco del mito al logos –en este punto, no me atrevería a afirmar que dicho brinco se ha logrado, del mismo modo que no me no me atrevo a negarlo- al intentar responder preguntas que se han generado y que son propias de la filosofía por lo menos en un primer momento. En el Popol Vuh se muestra el mito de la creación claramente, la creación de Quiché, así como la del hombre, y aunque no se ve tan claro el tránsito del mito a la razón, deja clara la forma en la que el hombre debe de comportarse en el mundo, y aunque de una forma muy poética, queda claro el rasgo ético que se encuentra en estos pensamiento, los cuales quienes los pensaron se encontraban al nivel de la filosofía de los sabios. Pero no solamente se encuentra en estos pueblos prehispánicos el carácter ético, sino que también es notorio el cuestionamiento por la muerte, éste cuestionamiento aunque no existe un tratado acerca de él, da muestra del pensamiento que se tenía de la vida la muerte y la estancia en el mundo. Nezahualcóyotl con sus poemas deja de una forma muy clara que estos cuestionamientos no solamente eran las preguntas realizadas, sino se intentaba dar una respuesta, la cual tiene el intento de ir más allá de la respuesta que el mito podía arrojar sobre él, al mismo tiempo que cobra conciencia de la condición trágica del hombre y no deja fuera a ésta de su pensamiento. Del mismo modo que en las obras de Homero se encuentra el carácter filosófico, se encuentra en el Popol Vuh – con sus respectivas diferencias claro está-, este muestra claramente la ética que dirige la acción humana: su comportamiento, formas y costumbres. Aunque dicha acción se encuentra mediada por la divinidad, por lo tanto el hombre tendrá que actuar en función a ella. Es importante no restarle el verdadero papel y así el peso que tiene la filosofía occidental sobre estas civilizaciones, ya que el tránsito del mito al logos en la cultura griega simplemente es innegable, se muestra claramente este brinco y demuestra su posición ante las otras culturas. No por ello debemos negar que existan rasgos de filosofía, por lo menos de una forma básica, en los pueblos prehispánicos. Los cuestionamientos de quienes pensaron sobre el hombre, nos muestran su capacidad de análisis, y aunque no hay muestra clara de ello -ya que no existen pruebas escritas en las cuales en las cuales se fragmente el pensamiento- queda de cierta forma claro entre líneas la condición de sabio, teniendo con ello la facultad de su arte ser llamada sabiduría, y si anteriormente se había dicho que la etimología de la palabra filosofía se relaciona en un primer momento con la sabiduría, entendiendo a ésta como el intento de alcanzar el máximo conocimiento y no restando la importancia que tiene para el mudo la filosofía griega de quien propiamente es la palabra filosofía, se puede afirmar que hay filosofía prehispánica.