The Fountain
AntCo.
Esta noche soñé contigo, estabas ahí, simplemente estabas ahí. No es la primer noche que te sueño, pero esta vez todo era diferente. No reconocí el lugar, era extraño, jamás lo había visto, nunca oí una palabra que lo refiriera, pero eso no fue lo que hizo que todo fuera diferente, no era el lugar –uno se encuentra muchas veces en lugares, que desconoce. No es raro que pase eso-, tu vestido no se veía igual a los habituales, aunque no por ver vestido diferente a alguien el entorno se muestra distinto. Tardé en descubrirlo ¡el sonido! No había sonido, no había ruidos, nada se escuchaba -incluyendo mis pensamientos-, quizá fueron mis sentidos, pero te vi y toqué ¡no! no era eso. Esto pudo haber producido un estado de angustia pero, no sucedió así, fue todo lo contrario, la sensación del ambiente era de mucha tranquilidad, más de la que he llegado a sentir en toda mi vida.
Te abrace y sentí tus brazos rodeándome. Caminamos durante un largo rato y solo eso. Todo ese tiempo esperé una palabra tuya, ella hubiera roto con la ausencia de cualquier sonido, aunque no estoy seguro que sería así. Por qué no puedo ver tu rostro, lo he intentado sin ningún resultado, aun así sé que eres tú. No sé cómo ni por qué pero, es algo que puedo saber sin tener que entender. Muchas veces soñé contigo, no es la primera noche, tampoco diré que sea común, generalmente no recuerdo que sueño, pero siendo sincero nunca olvido un sueño tuyo… mi sueño.
Algo tenías que decirme, lo sé, quizá por eso la larga espera de aquella palabra que saldría lentamente por tu boca. Nos detuvimos, ni un paso más se dio, concluyendo una larga caminata por aquel lugar desconocido y silencioso. Tu rostro comenzó a mostrarse, por fin pude ver tu ojos grandes que me veían, me dejaste de abrazar –como si quisieras correr hacia algún lado, pero no lo hiciste- segundos trascurrieron antes de que tus brazos nuevamente volvieran a mí. Miré tus ojos nuevamente, no habían dejado de verme, tu boca se abrió lentamente, lo esperé todo este tiempo. Un ruido me despertó.
Tarde en comprender qué pasaba, podía sentir tu abrazo pero ya no estabas a mi lado, ya no estabas conmigo, tu palabra se me había escapado o simplemente no pudo salir jamás, como sea, no la pude hacer mía. Giré la cabeza, lo único que pude ver fue sangre y almas muertas cubiertas de sangre. Ahora, solo, yo me mantengo de pie dentro de la trinchera. Creo que hemos perdido la batalla y no supe cuándo, veo destruirse el mudo que conocí. Siempre creí que el referir la frase “veo el mundo a mis pies” tenía un sentido diferente, nunca imagine que ella significara ver mi mundo derrumbado y yo parado en medio sin saber qué ha sucedido.
Te has ido, lo más probable es que no te vuelva a ver, he comprendido muy bien qué debo hacer. No puedo salir de la trinchera, ya no hay a donde ir. Sólo, en un recuerdo estás presente, ya no estás aquí. Debo levantar una bandera y esperar que la veas, que no hayas muerto, de ser así la única esperanza sería que un aliado vea mi ubicación y venga a rescatarme o por lo menos me haga compañía. Aunque guardare una bala para mí mientras aviento otra a una fuente, no vaya a ser que, aquel que llegue sea un lobo y ellos me encuentren.