Canta, oh diosa, la cólera del Pelida Aquiles;cólera funesta que causó infinitos males a los aqueos y precipitó al Hades muchas almas valerosas de héroes, a quienes hizo presa de perros y pasto de aves ‑cumplíase la voluntad de Zeus‑
Después de una largas vacaciones, por fin puedo escapar de los tormentos que nublaban mi espíritu; comprenderan amigos mios, que es necesario tener el alma despejada y contar con un rato de tiempo libre, para poder sentarse frente al ordenador y liberar las imagenes de nuesto mundo.
Comenzaré platicando un poco acerca de lo que me ocupará en las entregas que competen a esta sección, pues me parece que las entregas anteriores no dejan del todo claro el problema que pretendo estudiar, aunque sí me parece que lo esbozan. Ahora bien, a lo largo de mi vida he conocido diferentes tipos de personas, algunas de ellas llamaron mi atención por realizar cosas formidables o al menos así me parecieron en su momento pues yo jamás podría igualarlas. Cabe aclarar que son cosas que no salen de lo cotidiano, como ganar una partida de ajedrez que yo hubiera dado por perdida, terminar la limpieza del hogar rapidamente, memorizar los diálogos de una película. Por otro lado he visto gente admirable precisamente por lo contrario, arruinar con excelencia la labor que esten desempeñando, la mayoría de las veces yo caigo en este último grupo.
En una primera instancia, estas hazañas son atribuibles a la habilidad que se posea en la actividad que se realiza; es muy común ahora en dia escuchar a la gente decir «todo es posible» ,»los límites estan en tu mente» , y frases similares pues se cree que con mucho esfuerzo y disciplina uno puede realizar todo lo que se proponga.
Por otro lado he visto a gente muy preparada y hábil en su oficio, fracasar en sus metas gracias a que las condiciones no son favorables para realizar sus sueños, o al revés, gente sin nada de experiencia lograr objetivos muy ambiciosos; en ambos casos, a mi parecer, influye un factor azaroso que va más allá de cualquier control sobre la situación que el hábito o la técnica pueda otorgarle al hombre.
El proposito de ésta sección será estudiar, hasta donde me sea posible, la relación que existe entre lo que el hombre puede hacer por su propio poder y los favores u obstaculos que el azar lanza en nuestras vidas. Me parece que es un problema con el que vivimos cotidianamente, en situaciones como cuando salimos con una hora de anticipación de nuestras casas y aún así llegamos tarde a la escuela, hasta cuando llueve y nuestra ropa no se seca. Mis reflexiones en torno al tema, serán de este tipo, cosas cotidianas que muestren la constante relación entre la voluntad humana y el orden natural de las cosas.
Confiando en haber puntualizado el trabajo que me ocupa, y a falta de claridad de espíritu, dare por terminada esta entrega.