Una modesta propuesta educativa

Caminito de la escuela

apurándose a llegar,

con los libros bajo el brazo

va todo el reino animal.

No es lo mismo educar a todos que tener a todos en la escuela. Tener escuelas es evidente para cualquiera, ser educado no lo es. Las escuelas se pueden contar, los educandos no. A las escuelas se pueden destinar recursos, programas ejecutivos y buenas intenciones gubernamentales; a los educandos no, pues parece que son más elusivos. Las escuelas se planean, se licitan, se construyen, se inauguran y se cierran; los educandos están totalmente fuera de un proceso de control, pues hasta al mejor maestro le sale un Alcibíades. Una escuela mal construida puede componerse, así como a una en mal estado puede dársele una “manita de gato”; pero quien es maleducado ya no puede dejar de serlo, ya es así y nada más se puede hacer. Tener escuelas sirve para presumir que se está atendiendo a los jóvenes; tener educandos no sirve para nada. Se tienen escuelas para que los jóvenes no anden vagando por la ciudad; se tienen jóvenes para llenar escuelas. Los jóvenes llenan las escuelas para que no parezca que la inversión en las mismas es improductiva, para que no lleguemos a creer que estamos haciendo como que hacemos cuando en realidad no hacemos nada. Lo importante es hacer. Cuando hay más jóvenes afuera de la escuela hay que hacer más escuelas: hay que inventar grados académicos. Cuando más jóvenes tienen más grados hay que inventar otros tantos para que, aunque dejen de ser jóvenes, sigan siendo escolarizados y podamos seguir haciendo. Se tienen jóvenes para grados académicos juveniles y adultos para grados académicos adultiles que llevan nombres como certificación, especialización o actualización. Dentro de poco tendremos más adultos que jóvenes y más ancianos que adultos, por eso nos ha dado por crear escuelas para la vejez que llevan por nombre asilo, casa de asistencia o club de la tercera edad. Estamos a un paso, a fin de gozar plenamente los beneficios gubernamentales que da una piel arrugada, de crear grados académicos para la vejez y justificar así, a su vez, la producción de profesionales que den mantenimiento a las escuelas de la vejez, de escolarizadores del viejo, de certificadores de los escolarizadores del viejo, de auditores de los certificadores de los escolarizadores del viejo… Y así es como estamos llegando al punto de tener muchas escuelas saturadas de maleducados.

Námaste Heptákis

 

6 Comentarios

  1. Guillermo dice:

    ¿Entonces cuál es la propuesta?¿dejar de hacer escuelas o darle un giro a los programas educativos? a mí me gustaría que en las escuelas se fomentara la creatividad y se desarrollaran más las artes.

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  2. Námaste Heptákis dice:

    Yo quisiera, Guillermo, que se fomentara la creatividad y se practicaran las artes, como bien dices, pero de lo que dudo es de la eficacia del medio escolar para lograrlo. Quizás el camino es la iniciativa privada, pero hay que plantearlo con pinzas, porque no faltará el que lo tome personal y me diga, como Chávez, «no se meta conmigo caballero, porque sale espinao».
    ¿Cómo ves?

    Muchas gracias por tu comentario.
    Un gusto tenerte de regreso.

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  3. Thimocrates dice:

    Oye Námaste tiene algo que ver en que en general la educación sea una obligación (hasta ciertos grados académicos) y no una desición que cada uno toma, la gente no decide educarse sólo va la buena escuela que es la panacea de la sociedad. Saludos, ¡nos vemos en la escuela!

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  4. Námaste Heptákis dice:

    Tiene mucho que ver, Thimocrates, de lo contrario los que estuviésemos en la escuela seríamos, más o menos y de acuerdo al último censo, cinco.

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  5. Larry dice:

    Me parece mi estimadísimo Námaste que el gran problema es la extinción de los verdaderos educadores. ¿Qué hace a un verdadero educador? No lo sé exactamente. O no podría enumerar las condiciones que creo debería cumplir… por si alguien esperaba un catálogo de sugerencias para la Secretaria de Educación. «Falta emoción» decía Don Justo. Y le doy la razón. Mientras al educadro no le apasione su labor, mientras no vea un fin específico en la tarea que le ha sido encomendada seguirá pasando lo que anuncias. Sí, hasta el mejor maestro tiene algún Alcibiades… pero para el mejor maestro, ése era una excepción. Mientras tanto, dado que el artículo 3º ocupa un lugar privilegiado en la Carta Magna, será difícil para el Estado no ignorar que tiene que hacer algo… aunque no sepa qué. Sí, como bien apuntas, nos llenamos de escuelas, a futuro parece crearse todo un sistema escolar. ¿Pero para qué? Ya ni siquiera dentro del viejo enfoque positivista de «orden y progreso» se entiende la educación nacional. Porque, sí, los investigadores se multiplican… aunque en desigual proporción cumplen su objetivo. Y aquí habría que estudiar los vicios y virtudes de cada área del conocimiento que aporta SNI’s a la nación.
    Saludos, que estés muy bien.

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  6. Larry dice:

    Fe de erratas:
    Me parece mi estimadísimo Námaste que el gran problema es la extinción de los verdaderos educadores. ¿Qué hace a un verdadero educador? No lo sé exactamente. O no podría enumerar las condiciones que creo debería cumplir… por si alguien esperaba un catálogo de sugerencias para la Secretaria de Educación. “Falta emoción” decía Don Justo. Y le doy la razón. Mientras al educador no le apasione su labor, mientras no vea un fin específico en la tarea que le ha sido encomendada seguirá pasando lo que denuncias. Sí, hasta el mejor maestro tiene algún Alcibiades… pero para el mejor maestro, ése era una excepción. Mientras tanto, dado que el artículo 3º ocupa un lugar privilegiado (ordinalmente) en la Carta Magna, será difícil para el Estado no ignorar que tiene que hacer algo… aunque no sepa qué. Sí, como bien apuntas, nos llenamos de escuelas, a futuro parece crearse todo un sistema escolar. ¿Pero para qué? Ya ni siquiera dentro del viejo enfoque positivista de “orden y progreso” se entiende el fin de la educación nacional. Porque, sí, los investigadores se multiplican… aunque en desigual proporción cumplen su objetivo. Y aquí habría que estudiar los vicios y virtudes de cada área del conocimiento que aporta SNI’s a la nación.
    Saludos, que estés muy bien

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