Noches de insomnio.

Todos aquellos que hemos tenido alguna gran preocupación, algún gran miedo, un gran coraje o una gran emoción, sabemos qué es el insomnio. El insomne no duerme y lo intenta, lo intenta y se desespera, se desespera y pasa la noche girando en la cama, pasa la noche girando en la cama y se percata de la lentitud del tiempo, se percata de la lentitud del tiempo y anhela el amanecer… anhela el amanecer y con la llegada del mismo espera dormir en la noche siguiente.

El insomne afortunado deja de ser tal a la noche siguiente, el desafortunado comienza a ver la cama como el recordatorio incesante de que no puede dormir, de que quizá ya nunca más duerma, y con esta idea pasa la noche esperando que algún día llegue el dulce descanso que es dormir.

Entre los insomnes desafortunados, hay insomnes famosos por su incapacidad para dormir, unos se resignan a no dormir jamás y deciden pasar las noches en banquetes, otros pasan las horas obscuras escribiendo, leyendo, y haciendo todo lo que les impida pensar en sí mismos y en aquello que les impide dormir, y que junto con ello les impide vivir en paz.

Quizá el insomne más famoso de todos los tiempos sea aquel rey de lejanas tierras áridas, llamado Schahriar. De pocos hombres sabemos que soporten mil y una noches de insomnio, y menos vemos en sus mil y un distracciones la cura para ese mal. Quién diría que justo son mil y una noches de un insomnio bien llevado lo que permitiría al descorazonado rey recuperar el sueño.

Debemos ver cómo es que el insomnio de Schahriar es bien aprovechado si es que en algún momento anhelamos curarnos del insomnio. Del rey famoso por sus insomnios casi no sabemos nada, sólo que un engaño le ha quitado la posibilidad de dormir bien y de confiar en la persona con la que duerme.

Sabemos un poco más de la última de sus víctimas, que de hecho no llegó a ser tal, sabemos que gracias a la palabra que la acompaña todo el tiempo y que le permite tejer y mostrar a Schahriar la imagen completa de lo que aborrece, de lo que teme y de lo que añora se salva de la muerte. Tentados estamos a creer que la finalidad de la cuentista es la de salvar su cuello y nada más, pero no, Scherezada no es mezquina y la salvación que ella alcanza no sólo la toca a ella, sino a todas las doncellas piadosas que siguen la voluntad de Alá y que condenadas a morir estaban por causa de un adulterio no cometido.

Debemos ver lo que pasa cuando Scherezada relata su cuento, su único cuento, así como única es su vida y la oportunidad que tiene de conducir al rey a la salida de la condena que significa dejar de dormir en paz.

Notemos que Schahriar no escucha los cuentos de Scherezada para dormir, y sin embargo consigue hacerlo después de tres años. Notemos que el rey escucha picado por la curiosidad y sabiendo que después del relato viene el amanecer, y esperando que junto con el amanecer llegue la mortaja para su joven esposa. Notemos que la joven esposa se escapa de la mortaja y salva su cuello, el de otra doncella y al rey de la pena que supone la condena a muerte.

Además debemos ver que el relato de Scherezada va tejiendo el mullido tapete en el que Schahriar dormirá por fin. Relato maravilloso que sin juzgar directamente al rey apela a su sentido de la justicia para mostrarle cuán injusto es por dejarse llevar por el enojo y la decepción que trajeron consigo los actos de una pérfida y miserable mujer.

Y al ver y notar lo que logra el cuento en el alma de Schahriar, debemos como insomnes desear que en algún momento aparezca junto a nosotros una Scherezada que nos cuente cuentos para curar nuestra alma de las injusticias que cometemos o pensamos cometer en agravio de las que sufrimos.  A fin de que algún día, quizá ya pasadas mil y una noches de escuchar atentamente y de ver lo que somos podamos dormir nuevamente en paz.

Maigo.