Manzanas

“Go, go, go, said the bird: human kind
Cannot bear very much reality.”

 

Tocarla, sentirla y olerla. Firme y tersa. Jugosa. Crujiente. El nivel exacto de dulzura. Blanca como la nieve. Rayada, roja y amarilla; indecisa. Riquísima. Deliciosa experiencia la de las manzanas. Todo comienza desde su elección: desde ir al mercado y verlas posando, presumiendo su color, su brillo, su tamaño y su olor. Sospechando su sabor. Otras frutas habrá más exóticas o afrodisíacas; con explosiones de sabor más salvajes en la boca. Las habrá más elegantes y vistosas, más suaves, más dulces y jugosas. Pero como la manzana no hay dos. Esa simplicidad es casi perfecta (y digo casi sólo por aquellos rumores de que nada es perfecto). O será que yo me conformo con poco. No lo sé. A mí al menos, siempre me acompañan, comer manzanas es tal vez de los hábitos que mejor me van. Nada como una manzana para complementar el desayuno, para después de correr y recuperar la energía. De postre; para hacerle honor a lo dulce sin olvidar lo saludable. A media tarde o tal vez a media noche; para acompañar al insomnio, para no olvidar el sabor….Hoy hablo de las manzanas porque, de un tiempo para acá, la mayoría de ellas no me saben igual. Ya no me saben a manzana, en realidad no me saben a mucho, no sé si sepan a nada.  Ha de ser que las estoy eligiendo mal –pensaba yo. Luego me explicaron que no, que es cosa de que así están todas (las manzanas pues). Ahora, por tanta demanda y competencia, a las manzanas las maduran, las inyectan, las untan y maquillan para que se vean grandotas, brillosas y sabrosas. Para que las compren aunque estén tan caras (como 34 pesos el kilo). ¡Qué desgracia! Pobrecitas manzanas. Y pobres diablos los que nos antojamos, compramos, saboreamos y comemos esas manzanas. Pues aunque más bonitas, vistosas y presumidas que las de tal vez todos los tiempos, son también las más mentirosas. Porque ya no saben a lo que sabían, ya no saben a lo que deberían. Tal vez porque ya dejaron de ser manzanas. Yo no sé qué sean, tal vez lo sepas tú. ¿Será que el mundo se está volviendo así; ahora será todo de “mentiritas”? Ojalá a los hombres no nos esté pasando lo que a estas pobres. Ahora se ve o nos vemos más bonitos y arreglados. Nos inyectamos, untamos y maquillamos. Parecemos más altos, con más presencia, más limpiecitos y mejor vestidos. Pero tal vez cada vez los hombres de ahora saben (o sabemos) menos a hombre. Ojalá no  seamos ya puro plástico fino. Ojalá no hayamos o estemos dejando de ser hombres también. Yo no sé que seremos, tal vez también lo sepas tú…

PARA APUNTARLE BIEN: Esto, como lo del epígrafe, es de la primera parte Burnt Norton, de Four Quartets de T.S. Eliot. Y lo pongo porque éstas son probablemente mis partes favoritas de esta sección. A mí trae una dicha enorme leerlo, tal vez a ustedes también (en especial a ti, G., “even while the dust moves, there rises the hidden laughter…”)

Words move, music moves
Only in time; but that which is only living
Can only die. Words, after speech, reach
Into the silence. Only by the form, the pattern,
Can words or music reach
The stillness, as a Chinese jar still
Moves perpetually in its stillness.
Not the stillness of the violin, while the note lasts,
Not that only, but the co-existence,
Or say that the end precedes the beginning,
And the end and the beginning were always there
Before the beginning and after the end.
And all is always now. Words strain,
Crack and sometimes break, under the burden,
Under the tension, slip, slide, perish,
Will not stay still. Shrieking voices
Scolding, mocking, or merely chattering,
Always assail them. The Word in the desert
Is most attacked by voices of temptation,
The crying shadow in the funeral dance,
The loud lament of the disconsolate chimera.

The detail of the pattern is movement,
As in the figure of the ten stairs.
Desire itself is movement
Not in itself desirable;
Love is itself unmoving,
Only the cause and end of movement,
Timeless, and undesiring
Except in the aspect of time
Caught in the form of limitation
Between un-being and being.
Sudden in a shaft of sunlight
Even while the dust moves
There rises the hidden laughter
Of children in the foliage
Quick now, here, now, always-
Ridiculous the waste sad time
Stretching before and after.

MISERERES: Las elecciones cada vez se acercan más; unos ya están bien decididos, otros no tanto. Unos le temen a la intolerancia, otros a los dinosaurios, otros a la inexperiencia que anuncia más de lo mismo de los últimos años, otros le temen a los tres. Entiendo la diferencia entre la anulación y la abstención, pero yo, como muchos, insisto en que anular el voto es beneficiar al candidato a la cabeza. No por robo de votos, boletas y nombres en las urnas; por probabilidad, por la famosa “campana” y otros métodos. Además de la pérdida de registro de los pequeños partidos, cosa que también se sospecha inútil porque las encuestas parecen mostrar que ya obtuvieron el porcentaje necesario (aún contando los votos anulados), la anulación no me parece buena opción. Por otro lado, la fusión Televisa-Iusacell ahora sí ya fue aprobada. Los que aprobaron alegan que no hay problema, que se está abriendo el campo a nuevas redes telefónicas y televisoras. ¿Será? Por ahora, las televisoras siguen conservando todos y cada uno de sus canales, aun el canal nueve y cuarenta a los que debían renunciar. A ver ahora qué pasa… Acá una columna relacionada con aquéllo: http://www.letraslibres.com/revista/columnas/es-util-anular-el-voto