Y seguimos siendo los mismos

Quizás ahora nos damos cuenta que hemos cambiado, que el mundo es diferente al que conocimos; mas no vemos esta diferencia hasta que notamos que no somos los que éramos. Muchos se han esforzado en hacernos creer en la posibilidad de cambiar hasta ser quien un desea; lo cual no es posible, a no ser que uno quiera llegar a cambiar únicamente hasta donde sus límites le permitan, ya que, de lo contrario sería cambiar hasta ser lo que uno no es; o intentar cambiar hacia algo que jamás se podrá llegar a ser, pues lo que uno puede ser, está limitado por lo que uno puede llegar a ser. El cambio no es infinito, pues se da hasta donde cada quien puede llegar y hacer el intento por encontrar los límites que cada uno puede hallar en sí, hasta ser quien es.

Aunque cambiamos nunca dejamos de ser nosotros mismos, siempre permanecemos siendo quienes somos; somos quienes cambiamos y siempre cambiamos dentro de los propios límites de quienes somos. Muchas veces notamos nuestro cambio cuando, después de haber olvidado cómo éramos, una imagen pasada se nos presenta. Ahí, vemos que no éramos como somos aunque no podemos notar con claridad a qué se deba; la memoria no siempre nos ayuda a reconstruir el tejido de quienes fuimos, y sólo quedan hilos rotos que nos sugieren haber sido así. Nos damos cuenta de los cambios cuando ya hemos cambiado (y es curioso, porque parece que son pocas las ocasiones en las que notamos nuestra permanencia en el cambio). Cuando nos percatamos de haber sido diferentes, son más los momentos en los que sólo notamos los cambios físicos, pero estos cambios no son lo más significativo entre todo el cambio que el hombre vive. Los cambios físicos son únicamente un cambio que influye en un aspecto de la manera de ser, mas no la determina por completo; los importantes son los que se dan respecto de lo que cada uno es. No siempre notamos el cambio. Muchas veces, miramos hacia atrás –como solemos decir- y la diferencia no es tan evidente, seguimos siendo los mismos pero con pensamientos y sentimientos diferentes, haciendo cosas diferentes; hasta que entonces, en ese momento, nos percatamos de estar notando el cambio en quienes somos.