El sol primero

 

para David,

que conoció la primera versión

 

Revisitando la parte XVI del poema “El sol primero” (Ήλιος ο πρώτος) de Odiseas Elitis

¿Con qué piedras, hierro y sangre,

con qué fuego estamos hechos?

Pues parecemos una simple nube

tan pronto como nos lapidan y nos llaman

“los ilusos”.

Sólo Dios sabe

cómo pasamos los días y las noches.

Amigo mío, cuando tu dolor eléctrico la noche enciende,

y ves que el árbol del corazón se extiende,

y bajo una blanca Idea tus manos se abren.

¿Insistes en rogar?

¿Insistes en no bajar?

Años, sólo años.

Aquélla allí en lo alto;

tú aquí a mi lado.

Pero un día la visión despierta hecha carne.

Y allí donde sólo resplandecía un desierto desnudo

ahora ríe la ciudad hermosa que deseaste.

Estás a punto de verla. Te espera.

Dame la mano y ganemos el camino al alba,

antes de que los gritos la lustren de triunfo.

Dame tu mano, antes de que se reúnan los pájaros

en los brazos de los hombres y comience el trino.

Al fin, viniendo de lejos, se ha mostrado:

¡La virgen que mira los caminos de la mar!

¡La Esperanza!

Vamos juntos, dejemos que nos lapiden

y que nos llamen «los ilusos».

Amigo mío, ¡cuántos nunca han sentido

con qué hierro, sangre, piedras y fuego

construimos, soñamos y cantamos!…

Parte de guerra 2012. 6073 ejecutados al 3 de agosto.

 

Ideas en vuelo. “Si hay algo aterrador en el demonio es que su fulgor es el reverso mismo de la belleza de Dios, una belleza igual de hermosa, pero desprovista de amor, un puro fulgor simulado del que emergen los crímenes más abyectos, los odios más atroces, las desesperaciones más desencarnadas”. Javier Sicilia

 

Coletilla. Un poemínimo de Efraín Huerta:

Hoy

amanecí

dichosamente

herido

de

muerte

natural