El mundo en estos días cambia tan rápido, que cuesta trabajo darse cuenta que hay cosas que ante el cambio permanecen; que no todo es plástico y maleable. En algunos casos, es tanto el constante cambio, que lo complicado es creer que las cosas son de otra manera. Todo está hecho para ser adaptado a las necesidades del hombre, incluso el hombre mismo. Muestra de ello es la promesa “llega a ser quien quieras ser”.
Quien se esfuerza en llegar a ser quien se quiere ser, es porque está convencido de que es posible y comprometido con el proyecto. Es necesario creer que uno podrá hacerlo, de lo contrario no tiene sentido intentarlo. No es algo descabellado en nuestros días, es más común tener una posición “positiva”, y pensar positivo, que decir no se puede, ni se podrá.
Pero ¿qué tiene de malo pensar “positivo”? Se confunde el pensamiento positivo con el me gustaría que algo se posible. Es distinto querer llegar a ser, a creer que si uno “piensa positivo” y se esfuerza en hacer lo que quiere ser, llegará a ser ese que quiere ser. La constante propaganda de igualdad de sexos es muestra de ello. Se ha modificado tanto al hombre que incluso cuesta trabajo nombrarlo. Pues si uno dice, éste es el mundo del hombre, no tardará mucho en que una mujer replique por ello. Dirá que no es el mundo del hombre, sino el mundo del hombre y de las mujeres. Si decimos que es el mundo de lo humano, nos referimos al hacer del hombre, lo que nos regresa al mismo problema. Si decimos que es el mundo de las mujeres, nos encontraremos con un problema similar, porque los hombres quedan excluidos. La solución es entender que hay diferencias entre uno y otro, y que esas diferencias no son únicamente genitales. Algún día le pregunté a mi abuela qué opinaba sobre las mujeres en estos tiempos. Me respondió: “son unas tontas, pues han ganado igualdad, pero han perdido su lugar. Cuando tu abuelo vivía, yo me dedicaba a cuidar a mis hijos y a cuidarlo a él. Yo hacía los deberes en la casa y él se encargaba de proveer. Yo era para él más importante de lo que son las muchachitas ahora. Toño (pues así se llamaba mi abuelo y mi abuela así lo nombra) me cuidaba porque yo tenía un lugar que él no podía remplazar; y yo lo cuidaba por la misma razón. Cada uno tenía su logar y hacía lo que le correspondía”. Hombres y mujeres somos iguales en tanto hombres, como género, pero no en tanto sexo. Erramos en creer que por ser iguales en algo, somos iguales en todo.
Hemos estirado tanto al hombre, que en ocasiones cuesta trabajo ver cuál su naturaleza, pues se cree que sólo hay cambio. Muchas veces se piensa que no hay tal cosa como naturaleza; otras, que la naturaleza del hombre es nunca ser igual a sí mismo. Lo que sucede es que con bastante facilidad confundimos el cambio y la permanencia. Muchos creen, que por el hecho de cambiar no hay algo tal como naturaleza, que la naturaleza es sólo una convención, pero se equivocan. Aunque tampoco ir hasta el lado opuesto es la solución, ya que eso también es un error. No porque algo permanezca, no hay cambio. El hombre está en un constante cambio, pero permanece siendo hombre. Aunque parece sernos más inmediato notar el cambio que la permanencia. Por ejemplo, hombre y mujeres son hombres, comparten algo que no cambia en uno y otro; pero el hombre respecto de la mujer es diferente, aunque no por ello son completamente diferentes, no dejan de ser hombres. Hay en sí igualdad y diferencia. Lo mismo sucede con el mundo, se mantiene la permanencia en el cambio.
Interesante reflexión que me lleva a anotar que me parece que es una pretención absurda querer hablar de permanencia o de cambio haciendo a un lado su opuesto, pues hablar de permanencia y cambio implica pensar en un orden y en una subsatncia en la cual se puedan mostrar los dos. Siendo ese el caso al hablar del hombre como un ser que cambia sin que algo permanezca o viceversa nos obliga a perder de vista aquello de lo que estabamos hablando en primer lugar.
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Quizá no me di a entender como yo quería, por lo cual pido una disculpa. Lo que intentaba decir es que a pesar del cambio permanecemos, y por ello siempre están presentes tanto permanencia como cambio, aunque no de la misma manera.
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Muchas gracias por la aclaración
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