Para P., alias “Tita”, a quien nunca se lo dije.
Y para A., alias “Pancracio”, a quien se le pasará algún día.
Hoy no quiero sentirte, no quiero pensarte, ni quiero soñarte.
Es tu nombre el abismo vacío en el que cae mi esperanza, en el que pierdo el camino.
Hoy no busco quererte, no busco tocarte, ni busco besarte.
Es tu roce el anhelado tormento, el resguardo caído, el castigo perfecto.
Hoy no espero tenerte, no espero mirarte, ni espero escucharte.
Son tus palabras las flechas clavadas, de veneno cubiertas, de dolor barnizadas.
Hoy no voy a insistirte, ni voy a adorarte, mas voy a dejarte.
Aunque sea tu cariño la razón por que vivo, el codiciado tesoro que hoy encuentro perdido.
Hiro postal