En el papiro de Berlín, se conserva un centenar de fragmentos de Aulico Vitos que no han sido incluidos en las pocas antologías que de su obra se han realizado, pues los diversos traductores se han visto incomodados por la labor de traducir líneas dispersas e incompletas. De aquel centenar, empero, hay un buen número que vale la pena revisitar, y que pueden tomar formas breves como el dístico y el haikú. Revisitamos hoy tres fragmentos de Aulico Vitos mediante una haikudización e hilamos la historia de un día amoroso.
Quiero que seas
el sol que me saluda
por la mañana.
Son tus caricias
como la lluvia fina
del atardecer.
Tu piel cantaba
al son de mis caricias
mientras dormías.
Parte de guerra 2012. 8203 ejecutados al 19 de octubre.
Ideas en vuelo. “Hemos aprendido a sentir vergüenza del dolor, a buscar una comodidad sin sustento”. Javier Sicilia
Coletilla. “El verdadero humilde siempre duda de sus propias virtudes y muy frecuentemente le parecen más ciertas y de más valor las que ve en su prójimo”. Teresa de Ávila
Me gusta mucho. Le añade algo el número impar de versos, pues parecería que le «falta» un haikú o que le «sobra» uno (un número par daría un cierre más cómodo). Pero creo que está inquietantemente completo: el primero apunta, inciertamente, hacia el futuro, el segundo hacia el presente y el tercero hacia el pasado. Y se queda abierto, nebuloso. La sensación que me dio al final me recordó un poemita de Apollinaire, que probablemente no tenga ningún parecido pero te lo comparto:
Corté esta ramita de brezo
Ha muerto el otoño recuerda
Ya no nos veremos en la tierra
Olor a tiempo Ramita de brezo
Y recuerda que te espero.
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¡Es un haikú hecho de haikús! Lo volví a leer y me golpeó de repente.
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