De sombras, ausencias y más cosas amarillas

Dios o Tal Vez o Nadie, yo te pido

su inagotable imagen, no el olvido”

J. L. B.

 Me acuerdo. Con ella, parecía estar completo (aunque tuviera el alma toda desbarajustada). Parecía ser feliz. Con ella caminaba y corría. Gracias a ella jugué todo el billar que me tocaba jugar, y tal vez un poco más. Sin ella nunca hubiera montado a mi yegua «La Muñeca», mi pasión más grande. Sin ella esos danzones en Chalma serían pura fantasía.  Me acuerdo cómo se sentía que fuera mía. Aunque, pensándolo bien, era tan mía que su presencia parecía invisible. Pensándolo bien, nunca la valoré como se debía. Debí cuidarla mucho más.  Luego vino esa maldita enfermedad. Luego se fue, me la arrebataron sin siquiera preguntarme, sin siquiera decirme “agua va”. Fue una grosería porque era mía y de nadie más. Ahora que no está, aunque de verdad lo intento, no puedo no extrañarla. Literalmente hay un hueco donde ella debiera estar. Aquel día que se fue, también yo me fui tantito. Siempre he sido un pesimista; siempre he pensado que la gente, al pasar los años, sigue siendo la misma. Pero desde aquel día, aunque al principio lo intenté disimular, dejé de ser quien era. No más caminatas, corridas, danzones ni cabalgatas.  Piensan todos que estoy loco, y quizá lo estoy un poco, pero hay días que me duele, no su ausencia; me duele como si ella aún estuviera. Me pica, me tiembla, me da comezón, la siento cerca. Luego volteó y me cachetea la realidad, luego volteo y recuerdo que ya no está… Luego guardó silencio. Luego vi lo que jamás imaginé de él; una solitaria lágrima escurría de su mirada. Una lágrima y nada más. A mí abuelo le cortaron su pierna un diez de febrero. El día que me preguntaron cómo se sentía una ausencia, cuando me preguntaron qué era extrañar a alguien, no supe qué contestar. Yo qué iba a saber. Se siente y nada más. Pero pensé en ti y en ella; en los momentos, en sus llegadas y partidas sin despedida. Los recordé amarillos. ¿Cómo se siente un vacío? ¿Cómo extrañar lo que ya no está? Es como ver el negro o hablar el silencio. Es cosa divina, como otras tantas, que las palabras en realidad nunca alcanzan.  Se siente, tal vez, como eso que dice mi abuelo; se siente horrible el vacío, pero calientito el recuerdo. A veces nos traiciona la memoria y se olvida que eso que se fue, ya no está,  aunque otras tantas sospecho que nuestra alma se hace la tonta para que no le duela tanto ese espacio en blanco. Extrañar es el dolor de una ausencia, dolor que es como nuestra sombra, dolor compañero y fantasma como el de un amputado. Pero ese dolor, que es eco,  que es memoria y es recuerdo, que a cada instante nos sigue y permanece, también nos cuida y nos mantiene.

 PARA APUNTARLE BIEN:   Esto se llama Weeping y es de A. Pope

While Celia’s Tears make sorrow bright,
Proud Grief sits swelling in her eyes;
The Sun, next those the fairest light,
Thus from the Ocean first did rise:
And thus thro’ Mists we see the Sun,
Which else we durst not gaze upon.

These silver drops, like morning dew,
Foretell the fervour of the day:
So from one Cloud soft show’rs we view,
And blasting lightnings burst away.
The Stars that fall from Celia’s eye
Declare our Doom in drawing nigh.

The Baby in that sunny Sphere
So like a Phaeton appears,
That Heav’n, the threaten’d World to spare,
Thought fit to drown him in her tears;
Else might th’ ambitious Nymph aspire,
To set, like him, Heav’n too on fire. 

MISERERES: El casi ex-secretario de Seguridad Pública, Genaro García Luna, es acusado (otra vez) de tejer desde hace varios años una red de empresas en Miami: restaurantes, consultoras de seguridad y muchas propiedades (aunque están a nombre de su esposa).   El fin de semana se dio a conocer que 36 municipios del Estado de México tienen crisis financiera; hay deudas, aguinaldos no. “The economist” comparó las cifras de muertes en México con las de países africanos. Miren: http://www.economist.com/blogs/graphicdetail/2012/11/comparing-mexican-states-equivalent-countries