Cliché

“Gentleness and cheerfulness, these come before all morality; they are the perfect duties. And it is the trouble with moral men that they have neither one nor other. It was the moral man, the Pharisee, whom Christ could not away with. If your morals make you dreary, depend upon it they are wrong.”

R. L. S

El tema de la navidad es muy controversial.  Muchos la aman, la defienden, les encanta lo que sea que crean que quiere decir ella. La navidad gusta, quizá, por el arbolito (porque huele rico), el ponche, los regalos, la comida o los foquitos. Gusta porque es día feriado, sin clases, tráfico o trabajo. Porque es día de ver a la olvidada familia y amigos. Navidad, para todos ellos, es época de alegría, de rojo, dorado y verde. Época puros buenos pensamientos. También están los otros, los que la condenan y odian. Los que cada año se encierran porque no soportan el tráfico, las plazas, cafés y restaurantes llenos de toda la gente.  Los que dicen que es puro consumismo, que son deseos vacíos. Y esto cada año, como dos hermanos peleando, es el cuento de nunca acabar. La época navideña, como todo, tiene sus cosas buenas y sus no tan buenas. A mí no me gusta el tantísimo tráfico, la tantísima gente, la gastadera en regalos obligados ni todo el papel desperdiciado.  No me gusta la hipocresía, las sonrisas falsas y abrazos disfrazados. No me gustan las “gracias” vacías ni el conformismo desmesurado. Pero sí me gusta el ponche, el pavo y la ensalada de manzana. Me gusta ver descansar a mis papás, que haya tiempo para leer cuentos, poesía o ver una buena película. Tiempo para oler el árbol de navidad. Tiempo para no andar de prisa, para detenerse, como dice mi mamá, a reflexionar. Deberíamos conservar el espíritu de la navidad diario y no solo una vez al año –leí que dijo alguien una buena vez. Quizá sea el típico cliché de la navidad, pero tal vez no nos haga tanto mal pensar en nuestras gracias y desgracias. Quizá sea bueno acordarnos, pensar bien y no sólo “de pasada”, esas cosas cada vez más raras que vino a enseñar el hijo de Dios. Cosas como el perdón, el sacrificio o la compasión.

PARA APUNTARLE BIEN: “Vivo solo; sin embargo, los nombres de mis amigos lejanos saltan en mi memoria como los anuncios luminosos en el cielo de la ciudad. Escépticos. Irónicos. La fina trama de sus pensamientos, de sus palabras, de sus silencios, me cubre y me reprocha. ¡Qué delicada la isla del egoísmo para mí, náufrago voluntario! ¿Por qué no traer una mujer conmigo? ¿Por qué no intentar la realidad de una novela o de una película más: la novela o la película del naufragio en la isla desierta, en la que una pareja edifique su propia vida?¿Por qué no revivir el mito donde la pareja edénica haga brotar la metáfora del lenguaje como un cohete en la sombra? Daríamos otro nombre a las cosas y a los seres. Yo sería como Adán y como Linneo, y al mismo tiempo el mejor poeta dadaísta. Repetiríamos el pecado original de modo que mereciera el epíteto, sin manzana ni serpiente. Y nos comportaríamos de tal suerte que el Génesis de la Biblia futura fuera pródigo en anécdotas, pensamientos y símbolos increíbles. ¡Qué rostros crearían para nosotros los pintores del tema ideal del paraíso! …Sin embargo ¿sobreviviríamos en la isla desierta? Yo, como todos los hombres, hice en la niñez, con la imaginación, el viaje y el naufragio y fui el único superviviente. Pero ¡ay! no tengo la física de Robinson ni su memoria.” Xavier Villaurrutia en Dama de corazones (que hoy hace no-sé-cuánto, murió).

MISERERES: Peña Nieto y su administración, ya están ayudando a los gobiernos endeudados, a los priístas, liberó recursos para Zacatecas, Guerrero y Chiapas. El Presidente, además, critica y acepta que la “guerra contra el narco” hizo más grande el problema de México, pero conservará la misma política porque no hacerlo –dice- pondría en juego los recursos que nos da Estados Unidos. Miren: http://www.latimes.com/news/nationworld/world/la-fg-mexico-kingpin-20121222,0,4686527.story.