Ardides

Revisitando el Salmo V

1) Para el director del coro con Nehilot.

Salmo de David.

2) Escucha, Señor, mis palabras;

atiende, por favor, mis suplicios.

3) Atiende a la voz de mi ruego,

oh Rey, Señor, Eterno,

que sólo a ti mis súplicas grito.

4) Escucharás mi voz, Señor, cada mañana,

a ti implorando,

por tu gracia esperando.

5) No eres tú Dios que la maldad desea;

el mal frente a ti nunca se parea.

6) Los arrogantes no resisten tu presencia

y a los malvados no alcanza tu benevolencia;

7) a los que hablan mentiras llevas a la perdición,

los sanguinarios y traicioneros no obtienen tu bendición.

8) Y yo entraré a tu casa sólo por tu amor,

me postraré en tu santo templo, Señor,

y me inclinaré a tu temor.

9) Con tu justicia, Señor, llévame por el camino,

que el mío está todo flanqueado por el enemigo,

frente a mi rostro endereza, Señor, tu camino.

10) Su boca es ajena a la sinceridad,

su corazón rebosa perversidad,

un sepulcro abierto es su garganta

y su lengua con halagos se desgasta.

11) Condénalos, Señor, a sus ardides,

aléjalos por todos sus crímenes,

que ellos te han desafiado, viles.

12) Alégrense los que en ti hallan refugio

y entonen todos cantos de júbilo,

pues todo el gozo del hombre

está en amar tu nombre.

13) Tú bendices al justo;

es tu bondad escudo onusto.

Escenas del terruño. En Proceso 1916 del 21 de julio de 2013, aparece una “entrevista” a Porfirio Muñoz Ledo, donde se jacta de su buena memoria, su bonhomía y su talento político. Extraño es que esa buena memoria no le haya causado un mínimo estupor al afirmar que “México debe preservar la paz civil”, pues en el mismo semanario, pero en febrero de 2008, en el marco de los debates sobre la reforma energética afirmó la necesidad de “reventar el sistema”. Más extraño aún es que hable de su contacto azaroso con Luis Echeverría, en medio de la efervescencia del 68, y olvide sus juntas en cierta casona de Coyoacán para, desde entonces, “tronar el sistema”. Es el Porfirio de siempre: camaleónico. Es el Porfirio que no tardará en volver a tomar los micrófonos para “defender al país” y “tronar el sistema” en el lapso de la reciente discusión de la reforma energética.

 

 

Coletilla. “El reino de Dios no es norma política de lo político, pero sí que es norma moral de lo político”. Joseph Ratzinger