Instrucciones para desvirtuar el diálogo
(Tomadas del Manual de urbanidad y buenas
maneras para uso de los políticos de ambos
sexos y estados intermedios y circundantes)
1. Descalifique a sus dialogantes
2. Asúmase el dialogante legítimo
3. Alegue que, aún cuando sus dialogantes declaren tener ideas distintas a las que usted sostiene, usted es el único que conoce las ruines ideas de sus descalificados dialogantes
4. Eríjase como el interlocutor único
5. Establezca unilateralmente las condiciones para el diálogo
6. Declare (aunque no sea cierto, al fin que mentir ya es regular en su vida), de preferencia en un acto público-informativo-popular, que usted tiene buenas intenciones que lo califican no sólo como el dialogante idóneo para el diálogo que con tanta urgencia y evidencia se requiere, sino como el único recurso de llegar al diálogo de todos aquellos que, debajo de usted, están comprometidos con su causa
7. Fije una clara negativa a toda invitación de diálogo que no sea la propia, y descalifíquela
8. Acuse a sus dialogantes de negarse a realizar el diálogo
9. Tome el espacio del diálogo para garantizar la realización del diálogo
10. Resista, pacíficamente, todas las críticas a sus preparativos para el diálogo, y acúselas de facciosas, neoliberales, vendepatrias y espurias
¡Ahora está preparado para dialogar!
Escenas del terruño. Mañana vuelve AMLO al Zócalo, escenario de sus triunfos y finalidad de sus derrotas, para encabezar patrióticamente la patriótica defensa del patriótico petróleo. En buena medida, muchos estamos intrigados con el espectáculo que presentará. ¿Cómo será la defensa del petróleo modelo 2013? ¿En qué diferirá del modelo 2008? Hurgando en mis notas viejas, encontré un escrito del 7 de abril de 2008 que podría recordarnos el patriotismo que se vivió aquel año.
Novedad filológica: Séneca revolucionario
El estudio de la antigüedad clásica ofrece como uno de sus problemas, entre otros muchos, la abundancia y la escasez de fuentes. Sí, quizá pueda haber varios manuscritos de un texto, incluso pueden ofrecerse muy variadas versiones; pero también hay un número muy limitado de posibilidades canónicas, como si siempre nos fuera necesario recuperar lo perdido. Ante el más contradictorio de los problemas filológicos del estudio de la antigüedad siempre es de agradecerse cualquier mínimo avance, siempre es encomiable el descubrimiento exiguo, el nuevo trecho andado en este espinoso camino. Y más encomiable aún es que el descubrimiento filológico del año sea realizado por una mexicana. Y lo es aún más cuando se comunica directamente a muchas personas. Y, más de los mases, cuando el descubrimiento se realiza al margen de dignísimas actividades políticas, heroicas defensas del bien común, guerras santas contra el neoliberalismo -que obviamente, como ha de suponerse, es contrario a la filología toda-. Permítaseme comunicar el caso.
La diputada perredista Leticia Quezada inauguró las beligerantes palabras que adornaron la toma de protesta de las brigadistas para la Defensa del Petróleo del autonombrado Gobierno Legítimo con una frase de Séneca. En el evento del 6 de abril la diputada Quezada hizo decir a Séneca: “en el trabajo y en la lucha se llama siempre a los mejores”. No sé qué habrán pensado los escuchas, mucho menos sé quiénes entre ellos han leído verdaderamente a Séneca, ni siquiera sé si tú lector lo has leído; pero, por lo menos a mí, que me agradan los antiguos, como buen retrógrado que soy, la frase me sonó a todo, menos a Séneca. Tomando la frase como ejercicio mnésico intenté averiguar dónde podrían encontrarse aquellas palabras. Poco a poco, descartando e indagando, llegué a De Providentia. Carente como soy de memoria fotográfica, me fui a buscar el texto y a rastrear la frase, y de pronto, en la siempre popular edición de Sepan cuantos…, leí “el trabajo cita a los buenos”. Está bien, Porrúa podría estar equivocada, no quisiera que lo estuviera la distinguida diputada. Me fui por la traducción de Juan Mariné Isidro, en la editorial Gredos, y busqué; de pronto, cortapisas imprevisto, Séneca decía “el trabajo incita a los mejores”. Vamos dos a cero, pero no es suficiente para perder la esperanza o la confianza en las benignas intenciones de la tenaz oradora. Para salir de dudas, pensé: nada mejor que el original. En latín, porque Séneca escribió en latín, dice “Labor optimos citat”. No hace falta saber latín para notar que entre la original senecana y la citada quezadina hay un mundo y varios satélites de distancia, y quizá no hay que ser muy avispado para notar que la diferencia más grande radica en la inclusión de ‘la lucha’. ¿De dónde salió la lucha?
Mínimamente tengo tres especulaciones. Primera: habrá que pensar que la diputada nunca leyó a Séneca, y sólo sacó la frase de una compilación de frases célebres que realizó algún travieso de esos que confían en que nadie buscará sus fuentes; pero no, ¡nadie esperaría eso de una diputada! Segunda: la diputada tuvo acceso a un papiro desconocido de la obra senecana, de mayor antigüedad que todos los anteriores, y determinó, mediante un agotador trabajo filológico, la mayor confiabilidad del nuevo códice; puede ser, pero no me convence pensar que una diputada -respetabilísima sin duda- deja de lado sus honorables labores nacionales y patrióticas para dedicarse a comparar vestigios documentales. Tercera: o quizás, especulando un poco más, la diputada ha interpretado, como excelsa latinista que es, labor en un sentido mucho más amplio que el escuálido significado de nuestro término ‘trabajo’. Eso debe ser, no hay duda. Por años, y de esos que pesan mucho, se había ignorado el verdadero sentido de labor. Lo importante, y que reviste de nuevos ánimos a nuestra actividad filológica, es que el descubrimiento de la diputada Quezada marca el rumbo futuro de la actividad filológica nacional. Mínimamente, a la altura del descubrimiento y compartiendo el espíritu democrático, nacionalista, legítimo y en resistencia de la diputada, propongo -con toda la humildad de que soy capaz- que:
1. Se instaure una comisión en la ALDF, y una brigada del gobierno legítimo, para verter traducciones con el nuevo sentido de labor a los más importantes textos de la tradición, principalmente el versículo 3:17 del Génesis
2. Que se declare al nuevo sentido de labor como patrimonio nacional, para evitar que los intereses de los potentados y las cúpulas del PRI y el PAN nos resten autonomía y nos conviertan en colonia
3. Que la diputada nos explique, en piadoso acto de suma bondad, excelencia y magnanimidad, de qué modo ha llegado a tan noble conocimiento
Por mi parte, al menos, he mandado ya un correo electrónico para preguntar a la ilustrísima el origen de su portento filológico.
¡Enhorabuena!
¡Hasta la filológica victoria siempre!
Nota de 2013. La entonces diputada local, pasó a una diputación federal en 2009 y actualmente ejerce el patriotismo como jefa delegacional de Magdalena Contreras. A la fecha, informo de paso, no ha dado respuesta a mi correo electrónico.
Coletilla. “La sumisión a un hombre débil es disciplina. La sumisión a un hombre fuerte es sólo servilismo”. G. K. Chesterton