Breve historia del radicalismo

Nerón quiso fundar su gloria en el incendio de Roma, pues presumió que sería el gran constructor tras la gran destrucción. Frente a él, Séneca reivindicó la templanza. Junto con él, Séneca miró tranquilamente (¿estoicamente?) el martirio de los cristianos. Para Séneca era justo matar cristianos. Para Nerón justo fue quemar Roma. Al césar lo obnubiló el poder. ¿Qué obnubiló al filósofo?

Námaste Heptákis

Coletilla. “Aprendamos, no obstante, a respetar a Caín, porque, sin él, Jesús no hubiera tenido tierra en qué sembrar”. Antonio Machado