Gazmoñerismo nihilista

Nos volvimos locos, nos desquiciamos. La soledad se nos metió en el corazón y nos corroyó por dentro en el momento en que le negamos asilo a Dios, en que lo exiliamos. Pero él nunca se fue, es su tristeza la que nos destruye, su terrible desamparo el que nos aniquila. Dentro de nosotros, en nuestro corazón. No es la nada, es la terquedad de querer esa nada la que nos diluye.

Gazmogno

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