Nunca encontré el camino de regreso. Sigo perdido en esa noche en la que me metí tan adentro de ti que ya no pude salir. ¿Acaso no escuchas mi respiración? ¿No me sientes? Cuando él te toca son mis manos las que aparecen en tu recuerdo. Cuando te penetra es mi ardor el que te quema. Y cuando duermes, son mis sueños, los de esa noche, los que te consuelan.
Gazmogno