Perenne Juventud

 Por lo general el peor enemigo de un tirano es un bebé indefenso. Heródes mandó matar a los niños de Belén; y antes que él un faraón ordenó la muerte de primogénitos inocentes con tal de mantener desanimado a un pueblo; ambos actuaron por miedo y ambos pensaron en deshacerse de lo que representaban los niños indefensos, que por muy desarmados que estén siguen mostrando al tirano el inevitable paso del tiempo, y junto con ello la menos evitable llegada de la muerte. Pareciera que ahora no hay tiranos de tal talante, los regímenes cambian y se dice que estos son por mucho más justos a los de antes. Sin embargo, aún hay algo tiránico en el corazón de los hombres, y eso mantiene el miedo que se tiene a la llegada de niños indefensos y más aun al paso del tiempo que representa su arribo a este mundo.

El deseo de ser siempre joven, fuerte y poderoso es propio del tirano, no importa si se trata de quien manada matar niños para no verse viejo a su lado, o de quien simple y llanamente procura comportarse como tal para negar el inevitable paso del tiempo. La mayoría no puede deshacerse de aquellos que por más jóvenes ya no son contemporáneos, de modo que la mayoría de los ávidos de juventud optan por comportarse como niños.

El niño indefenso necesita atenciones y cuidados, el joven que quiere ser eterno, se busca de los otros atenciones y cuidados, no siempre los obtiene por lo que no será difícil verlo hacer berrinche y justificar el mismo aludiendo a una depresión. El niño empeña fácilmente su palabra, en especial cuando el cuidado por la palabra es deficiente a su alrededor, con la misma facilidad con que la empeña, la rompe; el joven que ya no lo es tanto, pero quisiera serlo, empeña con facilidad su palabra, se compromete y pretende que los demás lo hagan, pero pasado un buen tiempo se olvida de lo que debe hacer y se queja del olvido de los demás.

El deseo de ser joven eternamente lleva a muchos tiranos que parecen hombres a vivir como niños, y a esperar de los otros, algunos también jóvenes tiranos, el comportamiento de adultos que ellos mismos no son capaces de tener.

Maigo.