Palabra de Honor II

La diferencia entre dar la palabra y firmar un contrato es tan abismal como lo es la presencia o ausencia de lo divino.

Al dar su palabra el hombre se da a sí mismo, y ruega a los dioses para que el don otorgado sea bueno.

En cambio cuando firma un contrato, el hombre espera del otro una dádiva que condiciona su actuar, y esa transacción se paga con el olvido de los dioses, pues quien se ocupa en firmar contratos y cumplir acuerdos se pierde calculando utilidades y evitando pérdidas.

Maigo.