Vivimos negando a la naturaleza, los seres vivos nos enseñan que de lo semejante nace lo semejante, de modo que de una leona sólo podemos esperar que nazca algo similar. Pero nos empeñamos en negar que las leonas sean leonas, y pretendemos que éstas paran gatitos indefensos. Buscamos que la violencia traiga consigo la paz que necesita el mundo y pretendemos que la industria y el progreso nos den la cura para la enfermedad que han causado. Vivimos negando a la naturaleza, pero al mismo tiempo vivimos negando los milagros en espera de una salvación a la que de entrada cerramos la puerta.
Maigo.