Justo

Entre las tribulaciones, que amenazan con hundir a un barco, resplandece cual fantasma que anda sobre el agua y calma a la tempestad, la voz y el rostro de quien siendo justo actúa tal cual debe. De igual modo se oculta el rostro de quien cobardemente pretende salvar a los hombres destrozando lo poco que queda de la nave y echando por la borda todo lo que encuentra a su alcance, sin importar si se trata de carga u hombres.
Quien es justo se entrega a las olas cual Jonás una vez que comprende que al huir del deber pone en peligro a la embarcación entera; el injusto en cambio pisotea y manotea ahogando a los otros y perdiendo aquello que tanto pretendía defender.
Así pues en medio de la tempestad vemos que el justo salva a la tripulación y al barco entregándose a sí mismo, y que comienza por dar la cara ante la tempestad para después hacer lo que debe y salvar guiando a los tripulantes con su vida; el injusto en cambio oculta rostro y manos pues pretende salvarse sólo a sí, y destroza las esperanzas de los otros con el rostro cubierto y gritando palabras vacías sobre la justicia y el valor de la vida…de su vida.
Maigo