Porque sin querer tú, te envuelve su arrullo
y contra su calor, se pierde el orgullo
y la vergüenza.
J. M. Serrat
Andando Benito con demasiado entusiasmo fue galardonado “Hombre incólume”. Jactóse kiludo, logrando mantener notable orgullo. Pero, posteriormente palideció, queriendo rasgar su tumba. Una valiente walquiria xenofílica [acometió] yerro (besándolo con dulce entrega) zahiriéndolo, dañándolo eternamente: fue el doloroso cupido bien armado bastante culpable del estado febril, enamorado, del corazón de Benito mal amado.
Javel