Tal vez sea cosa del diablo, y como tal, esté yo faltando al respeto a la sagrada palabra de Dios. No es mi culpa, yo no lo inventé, ni siquiera lo escribí; sin embargo, pareciera que fue verdad: en la Tierra hubo un tiempo de dinosaurios.
Leía hace unos días una entrada en Reddit, el mejor lugar para llenarse de datos curiosos, en un subforo cuyo chiste es explicarte cosas de un modo muy simple esperando que las entiendas. La pregunta era sobre por qué si los hombres ahora Homo Sapiens (Homo Videns como nos dicen en estos tiempos los ciegos mercadólogos que se quieren sentir bien evolucionados), ahora no quedan rastros de australopitecos en la tierra (o como diría el Niño Predicador, ¿por qué el mono y la mona siguen haciendo monitos?). Las respuestas eran bien variadas, pero en general seguían la misma línea que era una mamada así como que si existen pero evolucionados, ¡dah!. Uno de los ejemplos era que no había dinosaurios, pero había un montón de aves, que se supone son sus descendientes directos. El comentario decía algo así como “Los hombres llevan solo unos cuantos años sobre la tierra, mientras que los dinosaurios la habitaron miles de millones, y ahora seguimos teniendo aves”. La idea que les vengo presentando hoy, señor, señora, señorita, caballero, damita; parte de que esta premisa es cierta.
¿Qué chingados con los dinosaurios? Tenemos nosotros una larga tradición del arte de la medicina, otra igual sino es que más extensa, es la del arte de la política que a diferencia de la otra, Zeus la repartió por igual a todos los seres humanos para que no se comieran sus manitas entre sí. Tenemos además, las técnicas de la caza y de la siembra, de la cocina, de la ropa, de la vivienda y de la economía. Sí es cierto que habitamos bien el planeta, vivimos con lujos y comodidades, pero también, al mismo tiempo, tenemos bien claro el gobierno tiránico siempre presente de la Muerte. ¿Qué quiero decir con esto? Sencillo, tenemos menos años que los dinosaurios habitando el mundo, tenemos maravillas tecnológicas y conocimientos invaluables que podemos presumir nos ayudan (sino es que fundamentan) a mantenernos vivos como especie. ¿Cómo chingados le hicieron los Dinosaurios para vivir tanto?
No es una pregunta sencilla de responder, yo solo vengo a plantear el problema, porque, pos es lo que más me gusta hacer en el mundo. Nosotros, (bueno los médicos) conocen el arte de la curación porque se fue heredando mediante la palabra, del mismo modo todas las artes. Sabemos que con la medicina y sus alcances, el hombre ha llegado a aumentar su longitud de vida de unos veinte o treinta años a casi el doble en promedio, además de que ha logrado contener algunos virus mortales que podrían acabar con toda la especie. Los dinosaurios no tenían doctores, no tenían medicinas, no tenían vacunas, no tenían fuego para esterilizar comida o heridas. La edad promedio de vida de los dinosaurios pudo haber sido de cinco años, a falta de medicina. ¿Entonces cómo le hacían? ¿Eran muchos como los chinos? Porque hasta donde nos cuentan los cuentos, tuvo que llegar la Ira de Dios en forma de meteorito para acabar con todos. Siguiendo este camino, hasta donde yo sé (pero no sé nada sobre dinosaurios, los imagino comunes y abundantes como perros o gatos) no se agrupaban en manadas, ni tenían algún primitivo esquema político (como los lobos, los simios, o las mujeres), por lo que el regalo de Zeus, no les fue dado por igual, como a nosotros. ¿Cómo chingados fue que no se comieron unos a otros y acabaron con ellos mismos? ¿Es que acaso estos animales reptilianos tenían más moral que nosotros? Vaya, uno de los peligros que corre el hombre y que lo pone en riesgo de extinguirse, es que nos acabemos los unos a los otros. En teoría, la moral se ocupa con loable diligencia de impedírnoslo. Los Dinosaurios no tenían moral, no tenían justicia, no tenían medicina, no tenían una dieta balanceada, vivían y morían sin sentido como las moscas. Los dinosaurios pudieron no haber tenido guerras, no haber construido casitas para vivir, pudieron haber muerto como si fueran pararrayos vivientes por millares, pudieron atascarse en el lodo, o en un derrumbe o en una caverna o morir de hambre por quebrarse una piernita al andar. En aquellos tiempos el azar parece tener una fuerza inigualable, casi casi piadosa. Sin embargo, habitaron la tierra tres mil millones de años. Eso es lo que cuenta, ¿no?
Sí, bien por ellos, mamá Naturaleza debió haberlos querido mucho, y debió haberlos dotado de un montón de beneficios para que pudieran sobrevivir con un chingo de esfuerzo, pero sin el arte que nos sirve ahora a nosotros (y a las mascotas que tienen algunos). Me conmueve imaginar a un dinosaurio atascado en lodo chillando y retorciéndose como las arañas después de saborear con sus colmillitos un chanclazo letal, sí, pobrecitos ellos y las arañas, que mueren todo el tiempo sin que nadie les llore o se preocupe por guardarles luto o presentar respeto a su cuerpo. Lo que me parece insoportable de esa situación, es que pudieran sobrevivir tanto tiempo en silencio. Trescientos mil millones de años habitando la tierra y no pudieron comunicarse, no dejaron legado, no vieron a futuro, no trazaron planes de vida ni sufrieron por amores, no se preocuparon por sus hijos ni guardaron luto, no adornaron su cuerpo, no cultivaron lujos ni tradiciones, no bailaron, no entonaron alabanzas ni rezaron ninguna oración, no se encomendaron al niño Jesús ni juraron por el Perro, no marcharon de regreso a casa, no enterraron a sus muertos, no cantaron canciones a los victoriosos, no se mintieron diciéndose que el día de mañana sería mejor, no se entusiasmaron ni se desilusionaron, no tuvieron metas qué alcanzar, no quisieron. Pasaron tres billones de años habitando en la tierra en el más disciplinado y devoto silencio, como si fuera el más terrible de los castigos divinos, desconocieron la compasión y el amor. Tres mil billones de años habitando la tierra, todos desperdiciados.
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