Buscando a la libertad

Hacia el siglo XIX los franceses vieron nacer una magnífica pintura: La libertad guiando al pueblo de Eugène Delacroix. La pintura, fuera de si se trata de una obra romántica porque su autor fue catalogado en ese rincón, pareciera no ofrecer muchas dificultades interpretativas, pues su sentido parece directo. La libertad, el centro de la obra, alza en la mano derecha la bandera de Francia y en la izquierda sostiene un mosquete, lo cual nos habla de la búsqueda de la libertad de la nación francesa mediante la guerra; la mujer es fuerte, con amplias caderas, madre (guía) de una gran generación que se encuentra tras ella. De entre su vestimenta sencilla, un detalle destaca: una cinta de un rojo sanguíneo; la libertad trae ceñida la muerte: enfrente de ella se encuentran algunos asesinados, en su mayoría miembros del ejército de Luis XVI. Al menos esto sería lo comúnmente entendido cuando se observa la pintura.

Otra posible interpretación es la que podemos entender cuando vemos al individuo de la parte inferior derecha, el cual parece observar al enemigo con intenciones de asesinarlo violentamente; en su mirada se vislumbra el ansia de matar. La libertad se puede conseguir a base del derrocamiento definitivo del tirano, pero eso no garantiza la disolución de la tiranía ni el cese de la violencia. No todos miran a la libertad en la imagen, no todos están de acuerdo en actuar buscando esa grandeza que parece representar y ser parte inherente de ella; la libertad puede ser el pretexto, el poder y la violencia la finalidad.

La libertad a veces nos suena a ideal, pues quienes la niegan dirían que estamos sometidos por diversos factores y nunca lo dejaremos de estar, todo intento de liberarnos, según lo anterior, es vano; a veces a argumento, pues se afirma que todos los hombres, por el simple hecho de ser hombres, son libres, quienes impidan la libertad humana, visto así, son unos villanos; e inclusive, y eso parece las más de las veces, a deidad, ya que por ella, por su supuesta divinidad, se justifican los actos más terribles. La muerte, amiga de la libertad, siempre estará a su lado (visiblemente o escondida), sea como ideal, argumento o deidad.

Yaddir

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