Las (otras) tres transformaciones
a mis amigos
La promesa social del éxito se funda en la premisa de que los jóvenes tienen todo el porvenir como capital de inversión. La garantía pública del éxito se expresa en la intención de confiar en los jóvenes para garantizar el progreso. La confianza, empero, es canalización de la fuerza de trabajo: el joven es exitoso si trabaja; la sociedad cumple si le deja trabajar. Dejarle trabajar es una reducción de la ley al mercado. La reducción se funda en un rito sacrificial de la sociedad moderna: el sacrificio de los huérfanos del narco. Los jóvenes que tienen todo el porvenir fundan su progreso posible en el sacrificio social de los huérfanos del narco, de los que no tienen futuro, de los que ya no se puede simplemente dejar trabajar. El rito sacrificial del huérfano del narco es el fundamento oculto del progreso económico del mexicano moderno. La economía narcotizada opera su legalidad en la producción de huérfanos, pues sin la posibilidad de forzar el crecimiento del narco es imposible impulsar el crecimiento económico. El huérfano despojado de futuro es la compensación simbólica de la promesa de un futuro glorioso para el exitoso. Y la compensación simbólica es necesaria para que el consumo tenga una apariencia legal. Sólo bajo la economía del narco la orfandad puede aparecer como una imposibilidad necesaria. Nuestro narcoestado se funda en el rito sacrificial del huérfano que se expresa como crecimiento económico.
El exitoso moderno no puede simplemente progresar por el ejercicio de su fuerza de trabajo, sino que busca la expresión de la fuerza de trabajo en la capacidad de consumo: exitoso no es el que más trabaja, sino el que más consume. El consumo moderno es el consumo de medios: productos y servicios. Los productos se presentan como únicamente posibles por la técnica; los servicios, mediados por la tecnología. La mediación tecnológica presenta como ley a la efectividad, pero la efectividad sólo es un umbral de satisfacción posible. Desde el margen del consumo se mira a los desplazados del éxito moderno en el analfabetismo tecnológico. Los desplazados del éxito carecen de oportunidades reales. La oportunidad real es una oferta en la economía de la escasez que se funda en el rito sacrificial de los padres. El narco produce padres “huérfanos”, padres despojados de sus hijos, padres cuya condición carece de nombre. La producción de padres “huérfanos” busca cancelar el futuro colectivo a partir de la ampliación de la negación del futuro al huérfano. Los padres “huérfanos” son desarraigados, sin futuro; como el huérfano original, pero sin posibilidad de levantarse. Los padres “huérfanos” son la expresión de la autoridad imposible: la conquista de la anomia. Tan necesaria es la cancelación de la autoridad, como es necesario cancelar a la familia para asegurar el consumo. El exitoso superó a su padre por el mercado, la vía “civilizada” que nos libra del parricidio. Los padres “huérfanos” son la compensación simbólica de la sociedad anómica. Los padres desplazados por el progreso tecnológico tienen como única posibilidad de sobrevivencia el consumo tecnológico: asumir la paternidad “huérfana” virtual: ser “amigos” de sus hijos en las redes sociales. Sacrificar a los padres “huérfanos” como instinto de supervivencia es la superación del narcoestado, porque es la eliminación del Estado.
El exitoso de la era post-Estado ejerce su fuerza en la aplicación de servicios. Las aplicaciones tecnológicas son el envoltorio del exitoso, el cosplay del hombre en la era de los sistemas. El exitoso expresa su fuerza más allá del consumo en el amor a la vida y reconoce el amor a la vida en la libertad de descarga. Amor fati como app root: la vida se presenta como enriquecimiento de la necesidad, para lo cual sirven tanto Apple como El Chapo. El consumo como supervivencia y el servicio como la cara amable del consumo. La sociedad de servicios se funda en el sacrificio ritual totalitario que nos hace a todos consumidores. El huérfano al que se le ha negado el futuro es presentado como necesitado de servicios, los padres “huérfanos” a quienes se ha amputado la vida son soportados hasta la vejez como improductivos e inútiles necesitados de servicios. El servicio como el nuevo ídolo al que todos somos sacrificados ritualmente. Y en el sacrificio se miran las diferencias: los exitosos se sacrifican felices; los desgraciados, resignados; para sacrificar siempre se requiere quien violente y quien sea violentado: dialéctica del narco. La supervivencia de unos y el amor a la vida de los otros se fundan en que el fin del progreso en el servicio siempre es postergado. Un fin siempre postergado, la claudicación metafísica que desemboca en el eterno retorno, es la negación del Apocalipsis. La promesa de éxito sólo hace crecer el desierto. ¿Ya no se oye la voz que clama en el desierto?
Námaste Heptákis
Desde la otra república. Anda grillando por ahí un intelectual que colaboró en el bodrio cultural del lopezportillismo y que desde el regreso del PRI se presume muy independiente y crítico, alegando que Guillermo Sheridan no tiene méritos para ingresar a El Colegio Nacional. Curioso que en la misma semana en que se grilla a Sheridan, The Guardian publique un reportaje sobre un investigador alemán que revela la pérdida de un testículo de Hitler, información que en febrero de 2009 ya había publicado don Guillermo. Claro, como no es alemán y escribe ensayos, seguro que el aporte de Sheridan no puede ser más importante que el del alemán. No se mencione que, además, Guillermo Sheridan ha sido el gran recuperador de la polémica ideológica entre intelectuales mexicanos más importante antes de la conquista de la escolástica marxista universitaria en los cincuentas.
Escenas del terruño. 1. Importante el tema de defraudación médica apuntado por Pascal Beltrán del Río los pasados 15 y 16 de diciembre.
2. Braulio Peralta denuncia a Diana Sánchez Barrios por represión a homosexuales. No se pierda de vista: el movimiento homosexual no tiene representación en los partidos políticos.
3. Hace dos semanas apunté la problemática de los «niños sicarios». Para que quede constancia de la permeabilidad de la violencia entre los niños de ahora, sugiero leer a Juan Pablo Becerra Acosta.
4. Interesante fenómeno mediático. El jueves 17 el columnista de Milenio Fernando Mejía Barquera informó sobre un acuerdo entre la radio pública del gobierno de Jalisco y Radio Fórmula. Al día siguiente, en La Jornada, Julio Hernández «denunció» el acuerdo entre periodistas influyentes y el gobierno del Estado. Curioso el caso, insisto, porque Mejía expone en su columna que el acuerdo es consecuencia del reacomodo en las bandas de FM y su próxima licitación. Los políticamente correctos ya se apuran a denunciar, aunque nada en su flamígera denuncia señala la desaparición futura de la banda AM, y por ello la necesidad de estaciones de transición. Interesante fenómeno mediático de manipulación mediática.
5. «No nos queda de otra que confiar y esperar a que los gobernantes se pongan las pilas y a que los representantes del Poder Judicial se pongan las pilas y apliquen las leyes como debe de ser», dijo José Manuel Mireles, en mensaje para el equipo de Ciro Gómez Leyva el pasado 21 de diciembre.
6. En cuanto al caso de los desaparecidos de Ayotzinapa, del que hoy se cumplen 15 meses, sugiero leer a Héctor de Mauleón, quien el pasado lunes 14 de diciembre presentó información relevante para comprender el supuesto desmoronamiento de la «verdad histórica» sobre el caso. Como lo advertí aquí hace dos semanas, las declaraciones del GIEI son sospechosas; de Mauleón nos explica por qué. El caso no debe ser olvidado.
Aviso. A partir del 9 de enero de 2016, estos Triques y paliques volverán a ser semanales. Gracias al Señor Carmesí por cuidar los sábados durante este 2015.