Eficiencia y conspiración
por los fantasmas de la noche,
de nuestra noche
Si la política no es pública, sólo es negocio. Los negocios pueden ser legales o ilegales, públicos o privados. La política puede ser ilegal en las revoluciones o las tiranías, pero debe ser pública o no es política. El estado de la política depende de la calidad del debate público: una política en mal estado es aquella en que no se puede debatir: o bien porque se prohíben las cosas públicas, o bien porque todo es tan confuso que nada se puede decir, o bien porque lo que se dice no puede ser escuchado. La posibilidad del debate público que da calidad a la política depende de la articulación de la libertad, la comprensión y el diálogo; o lo que es lo mismo: la política se fragua en el intrincado de la acción y la razón a través de la palabra. Una política de pocas palabras es una política zafia; una de pocas acciones es atroz; una política que niega la posibilidad de comprensión es la que más rápidamente está dejando de ser política. La zafiedad se nota en la carencia de recursos para explicar la vida política. La atrocidad se evidencia en la vacuidad de los actos. Pero la despolitización, la desaparición del mito del Estado y la disolución de la vida política quizá se nota más precisamente en la abundancia escandalosa de información inconexa. Y la nueva captura de Joaquín Guzmán Loera es nuestro preclaro ejemplo.
Los funcionarios federales de lo que fue el Estado celebran la captura de “El Chapo” porque les permite afirmar que el Estado todavía existe. Presumen como logro la captura y ostentan la eficacia como sustituto de la justicia. Han detenido a un hombre que los exhibió de cuerpo entero y ahora se permiten posar para la foto de perfil. Nos dicen que el “delincuente” ya está encerrado, aunque no puedan explicarnos por qué escapó. Afirman que harán valer el estado de derecho, aunque no logran presentar a la ley gallarda. Dicen que castigarán a los corruptos sobre el caso, aunque ningún contorno pueden reconocer en sus oscuros despachos de corrupción. Exhiben al detenido sucio, golpeado y sometido a sus captores, llaman al linchamiento público, señalan al culpable, pero los catrines se lavan las manos de su propia negligencia. Nos dicen que caerá todo el peso de la ley… pero no hay contrapeso a sus liviandades. Nada se entiende en torno al Chapo, pues su fuerza coercitiva queda intocada, pues lo que era el Estado le está sometido: por eso aprovechan la oportunidad de hacer valer lo que creen su autoridad aunque sea en la humillación. El hombre humillado nos dice que hay fuerza; aunque no haya imagen que nos diga que habrá justicia. La eficacia sustituye a la palabra. Y la eficacia nunca es por sí misma inteligible.
Los detractores de los funcionarios de lo que fue el Estado sólo reconocen apariencias. No viendo realidad en la política, ellos ven función pública, retablo noticioso, batalla publicitaria. Todo sirve para golpear al contrario, todo sirve para vituperar. Lo importante no es reunir los datos y explicar el caso, sino abrumar el caso contradiciendo los datos. No hay evidencia que valga para los creyentes de la invisibilidad política: todo es acuerdo en lo oscurito, todo es simulación, todo es el gran teatro del inmundo. Nada es inteligible para los conspiracionistas de la política: todo es conocimiento velado y revelado, velado para las masas, revelado para los progres… Los humillados somos todos los que no aceptamos la verdad inspirada. La injusticia es principio, medio y fin. Sólo los sabios progresistas se sitúan más allá: saben que todo es mentira y a su verdad se aferran. Sustituyen la inteligibilidad por la creatividad, aunque ninguno pueda decir por qué vale la pena ser creativo. Todo es un juego de palabras, de agotar a las palabras para forzar las acciones; de forzar las acciones para no tener que explicar la vida. Para ellos, la justicia es destino.
Parece que a la mayoría le importa más saber qué pasará después de la captura del Chapo que entender la captura del Chapo. Preocupa más si la captura fue pactada, si es una cortina de humo o si es resultado de una estrategia de seguridad; que si con la captura se busca la justicia, si la captura algo nos salva del horror de la guerra civil que va cumpliendo diez años, o siquiera que la captura asegura algún bien a la sociedad y al hombre que ahora todos señalan como criminal. ¿Celebran los funcionarios de lo que fue el Estado la captura de un hombre que será enviado a una cárcel que no funciona? ¿Denuncian los detractores una cortina de humo que oculta una realidad de todas maneras invisible? ¿Tiene sentido que preocupe tanto tener encerrado a un hombre mientras a diario son ejecutados más de veinte en el país? Si ya no hay política y todo es fuerza o simulación, ¿para qué preocuparnos por el Chapo? Si todo es simulación, nada cambia; si todo es fuerza, el terror… ¿No sería mejor preocuparnos por la pérdida de la vida política? ¿No sería mejor que vayamos intentando comprender? Claro, la eficiencia y la conspiración siempre son más fáciles.
Námaste Heptákis
Los desaparecidos. El jueves próximo volverán a reunirse funcionarios federales de la PGR con los padres de los desaparecidos de Ayotzinapa. Previo a ello, en entrevista para SDPnoticias, el abogado de los padres declaró que estaban a punto de llegar a un acuerdo para reiniciar la búsqueda de los desaparecidos. Ayer, Carlos Loret de Mola dio cuenta de una reunión privada entre los investigadores: sigue el golpeteo, los alegatos son los mismos y el acuerdo para continuar la investigación del caso se ve lejano. El caso no debe ser olvidado.
Escenas del terruño. 1. No quisiera pensar mal de la CDHDF, pero emitir en pleno periodo vacacional el resultado de una investigación tan esperado como el del desalojo del Zócalo el 20 de noviembre de 2014 es sospechoso. En nota de Animal Político del pasado 29 de diciembre se señala el contenido de la recomendación y el inexplicable encubrimiento del abuso.
2. Según los documentos presentados por Animal Político, el gobierno del Distrito Federal sí firmó un contrato que implica una cuota de fotomultas por infracciones al nuevo reglamento de tránsito, tras la publicación del reportaje, los funcionarios niegan que haya cuota de multas, afirman que hay contrato, que el contrato está firme, pero que «ha causado un entendimiento no adecuado», que sí dice lo que dice, pero que no es lo que quería decir, que las cosas se quedan como están, pero que el contrato será modificado: cantinfleo puro, pues.
3. Indignante caso de discriminación. Allegados al gobierno del Distrito Federal han convocado para el próximo sábado a una marcha del orgullo gay “sin exhibicionismo, sin libertinaje”. En la convocatoria en que piden a quienes acudan “no exhibirse semidesnudos, con tangas o con atuendos vistosos”, recurren al argumento de un jerarca católico que afirmó que las mujeres violadas son responsables de lo que les pasa por vestirse provocativamente. Interesante que nuevamente meta las manos el gobierno del DF, gobierno que tanto ha discriminado (y acosado) a la comunidad homosexual.
4. 2016 comenzó informativamente con el asesinato de la alcaldesa perredista de Temixco, Morelos. Inmediatamente el PRD se lanzó a exigir el esclarecimiento del caso, pero intentando que la culpa cayese sobre el priista gobierno federal, aún cuando Temixco está bajo el esquema policial de mando único bajo el gobierno estatal perredista de Graco Ramírez. Curioso el proceder perredista, pues más allá de su reparto de culpas y lavado de manos, es desdeñoso del pacto federal. Y es precisamente el pacto federal lo que está en juego con las consecuencias del caso. Entre jueves y viernes sabremos si la Suprema Corte acepta la controversia constitucional sobre el mando único; de aceptarse, gana el federalismo; de rechazarse, se refuerza el centralismo. ¿La seguridad pesará más que la democracia? Uno de los detenidos por el asesinato, por cierto, es menor de edad y, como revela espeluznantemente Héctor de Mauleón, tiene amplia experiencia delictiva. Un registro más de los menores sicarios.
5. Por último, y si el audio filtrado esta tarde es cierto, es indignante la humillación que han hecho pasar a José Manuel Mireles, preso político.
Coletilla. En un mes viene a México el Papa Francisco. Sugiero tener en mente las observaciones que hoy publicó Jorge E. Traslosheros.