Diferencias en el panorama
Si aceptamos que lo honorable es relativo a los valores de cada sociedad, se cancelará la teorización sobre el honor y será inevitable que la sociedad conformada en torno al “honor” sea tiránica. La cancelación de la teoría conduce a la tiranía. La aceptación de los valores supone la tiranía. Sólo si hay verdad relativa a lo honorable es posible oponerse a la tiranía.
Considero que fue la patrística cristiana quien reconoció y explicó más esforzadamente la relación entre la verdad relativa a lo honorable y la tiranía. Pues la patrística cristiana fue la teorización de la diferencia entre religión e idolatría. Nuestra distancia de la diferenciación patrística está marcada por tres prejuicios modernos. El primero, la cancelación del problema de la razón y la revelación. El segundo, la reducción de la verdad al conocimiento científico. Y el tercero, la determinación del sentimiento religioso como fundamento único y suficiente de la religión. La posibilidad de reconocerlos como prejuicios supone, primero, una posición específica sobre el problema de la razón y la revelación. La ignorancia del problema de la razón y la revelación nos conduce a la imposibilidad real de reconocerlos como prejuicios y a la asunción de alguno de ellos –o una hábil variante- como posición definitiva. Así, por ejemplo, los hastiados de modernidad que vociferan la necesidad de una nueva espiritualidad se afincan contra el segundo prejuicio en una variante del tercero: creen que no necesitan pensar en la posibilidad de la revelación porque no les supone problema alguno a su racionalidad, pues suponen que la espiritualidad sólo es el sentimiento religioso. O bien, los afrentosos de la superstición que someten a rígida prueba científica –que al final sólo es reductio ad absurdum– las creencias populares: creen que no necesitan pensar en la posibilidad de la revelación porque no les supone problema alguno a su racionalidad, pues suponen que la racionalidad sólo es conocimiento científico. La dificultad mayor se encuentra en volver a reconocer el problema de la razón y la revelación. La dificultad inmediata se encuentra en reconocer la relativización de lo honorable como expresión política de la incomprensión del problema de la razón y la revelación. Bosquejado someramente: el desdén luterano por la formulación tomista del problema de la razón y la revelación fue asumido por el hegelianismo para la formulación idealista de la gracia, por la que hay una escisión necesaria entre el plano político y el plano ideal, escisión por la que el honor queda desligado de cualquier realización concreta y se establece como valor en el reino de los fines. Ante la escisión idealista, la reacción kierkegaardiana postula un sentimiento de la propia existencia que no logra recuperar el honor para la política, sino que lo sitúa en una ascética personal. Por el tamiz del ateísmo, la existencia kierkegaardiana reconfigura al honor en el ser-resuelto. En el historicismo radical el ser-resuelto es emplazado a la acción definitiva. La acción definitiva se proyecta en un liderazgo carismático. En el carisma del líder, el honor vuelve a ser “político”. Sin embargo, las posibilidades de dar razón del liderazgo carecen de fundamento en la medida en que no se puede reconocer idolátrico. Sin la distinción entre idolatría y religión es imposible distinguir la falsificación política que es la tiranía. ¿Cómo podemos volver a distinguir entre idolatría y religión?
Námaste Heptákis
Los desaparecidos. Han pasado 19 meses de la desaparición de los normalistas de Ayotzinapa. Sobre el caso hay que señalar tres cosas. 1. No es broma, ni es meramente anecdótico, es incompetencia. El pasado martes 17 los padres de los normalistas fueron citados a una reunión con los funcionarios de la PGR a fin de conocer la siguiente parte del informe sobre el caso. Al final de la reunión, los funcionarios no entregaron el informe a los padres «porque no se terminó de imprimir». Los padres advirtieron que en tanto no renuncie Tomás Zerón, para ellos las investigaciones son desconfiables. 2. Por parte de los funcionarios se dice que han hecho público su compromiso a aceptar un seguimiento internacional de la investigación. 3. Además, Héctor de Mauleón ha señalado la posibilidad de que en enero pasado haya sido asesinado uno de los miembros de Guerreros Unidos que presuntamente ordenó la ejecución de los normalistas. De ser cierto, se ve más lejana la solución del caso.
Por otra parte, ya son cinco casos de desaparición forzada en Veracruz. 1. Sobre el caso de los desaparecidos de Tierra Blanca (José Benítez de la O, Mario Arturo Orozco Sánchez, Alejandro González Díaz y Susana Tapia Garibo, desaparecidos por policías municipales en Tierra Blanca el pasado 11 de enero) hay que señalar que los familiares están esperando a los funcionarios federales desde el pasado jueves 12, día en que ofrecerían informes sobre la investigación del caso; al día de ayer, 20 de mayo, los funcionarios ni siquiera se habían comunicado con los familiares. 2. Claudia Ivonne Vera García del colectivo «¿Y quién habla por mí?» fue desaparecida por policías estatales en el municipio de Veracruz el pasado 23 de marzo. No hay información nueva sobre el caso. 3. Los desaparecidos de Papantla (Alberto Uriel Pérez Cruz y Luis Humberto Morales Santiago, desaparecidos por policías municipales en Papantla el pasado 19 de marzo). 4. Jesús Alan Ticante fue desaparecido por policías municipales en Papantla el pasado 19 de marzo. Sobre el caso hay una confusa nota de La Jornada de Veracruz en que se afirma que el desaparecido es hermano de «El Mutante», probable asesino del reportero de TV Azteca Manuel Torres. La nota viene a contradecir una nota de Milenio del pasado 20 de abril, donde se afirma que «El Mutante» lleva por nombre Luis Gerardo Pérez Cruz, por lo que sería hermano de Alberto Uriel Pérez Cruz. Ambos casos, de cualquier modo, se complican. 5. Diego Arnulfo Bazán Vargas fue desaparecido por policías estatales en Veracruz el pasado 7 de abril. No hay novedades sobre el caso.
Mañana, domingo 22, el colectivo «Los Otros Desaparecidos de Iguala» y la Brigada Nacional de Búsqueda de Desaparecidos inician la búsqueda de restos humanos y fosas clandestinas en Iguala. Los desaparecidos no deben ser olvidados.
Escenas del terruño. 1. ¿Un grupo de autodefensas en Tamaulipas? ¿Un grupo que existe desde hace seis años y del que no sabíamos? ¿Un grupo armado que tiene control en una zona del estado sin que haya algún pronunciamiento oficial? El equipo de Denise Maerker documentó la existencia de la «Columna Armada General Pedro José Méndez». En tanto Alejandro Hope considera que este grupo armado no es una autodefensa. 2. «Legislar ha sido la forma más popular de la evasión política», afirma Jesús Silva-Herzog Márquez en un indispensable ensayo intitulado «La evasión constituyente». 3. Carlos Puig diagnostica la contradicción de nuestro crecimiento económico: «No hay entusiasmo privado que resista el colapso público». 4. Salvador Camarena escribió una sentida carta para despedirse de una colaboración -que terminó tiránica- de veinte años. 5. Y, por último, la bella columna de Juan Villoro.
Coletilla. “Los hombres inventan nuevos ideales porque no se atreven a poner en práctica viejos ideales”. Chesterton