Familia en Servicio

La falta de claridad respecto a la finalidad de la familia se aprecia en la oscuridad que obnubila nuestra comprensión de la comunidad política. Aunque el buen entendimiento sobre la primera nos ayude a vislumbrar lo que sea la segunda.

Nuestra habla cotidiana algo nos puede decir respecto a la relación que normalmente vemos entre ambas. Hablamos a la par de la desintegración de la familia y de la disolución de la comunidad, por lo que no debería extrañarnos que se piense en la primera como base para la segunda. Sin embargo, la familia no es igual a la comunidad y ésta no puede sostenerse si se le tratara como a la primera, ambas son diferentes, aunque se vivan simultáneamente o se puedan comparar debido a determinadas semejanzas, tal y como antaño lo hicieran algunos pensadores del siglo XVIII.

Pero, las semejanzas entre una y otra, tales como las respectivas desigualdades que hay entre sus diversos miembros o las igualdades que pudieran tener, no bastan para aclararnos lo que sea una o la otra. No es el caso que la ignorancia respecto a lo que sea la ciudad implique necesariamente la carencia absoluta de saber cuando pretendemos hablar de lo que sea la familia.

Con lo anterior no pretendo que nuestra experiencia basta para indicar lo que sea familia o la finalidad que tenga, pues tan variadas son las experiencias que tenemos como individuos vivimos en las sociedades que vivimos y medio nos movemos en ellas.

No obstante, hay una experiencia a la que sí es posible recurrir y de la que todos podemos ser partícipes, me refiero al servicio que podemos hacer por otros sin esperar alguna gratificación por ello.

En el servicio nos hacemos familiares en tanto que nos preocupamos por el otro y procuramos aquello que le resulte benéfico; si damos por dar todo aquello que se nos pide somos malos sirviendo, pues las manos extendidas no siempre son lo que el otro necesita, en especial cuando lo mejor es un compañero con el cual andar.

El mejor ejemplo de servicio lo tenemos en el maestro que sirve a sus discípulos y con ello ls hace mejores, y en la virgen que acepta la voluntad del Creador asumiendo su papel como sierva del mismo al tiempo que nos muestra que en el servicio se encuentra la vía para la salvación del hombre condenado.

Maigo.