Divagación incómoda sobre lo político

Divagación incómoda sobre lo político

(y la amistad)

 

“Subordinar la amistad a la política es más maquiavélico que despolitizar la amistad”, oigo decir. Y aparecen a la par evocaciones que, claramente, exhiben a la amistad fracasada en su subyugación a los totalitarismos políticos: el compañero, el camarada, el socio o el colega no necesitan de la amistad, sólo de la política. “La auténtica amistad trascenderá lo político”, oigo que concluyen. Y parece cierto lo que oigo, pero no es verdadero. El problema aquí, como en Carl Schmitt, es “el concepto de lo político”.

Sabido es que para Schmitt la diferencia esencial en lo político es la diferencia entre amigo y enemigo. En el extremo político de la guerra se identifica plenamente a un grupo político respecto del grupo enemigo. La amistad constituye a lo político en tanto la guerra da forma al cuerpo político. Resuena Heráclito: la guerra pone orden a las cosas. La amistad, en Schmitt como en el refrán, se reconoce en la adversidad. La guerra permite que la amistad recupere su orientación virtuosa en tanto lo político se refuerza en la guerra. Los amigos verdaderos superan las adversidades. La amistad, como la política, encuentra la virtud en el poder.

Creo que era Polemarco quien pensaba que la amistad es principio de la política porque es principio de la justicia. Siendo sencillo distinguir a los amigos de los enemigos, también lo será reconocer lo justo y lo injusto. Una política justa se fundaría en una amistad justa; la injusticia se fundaría en una amistad injusta. Sin embargo, como la amistad injusta no es lo mismo que la enemistad y no es tan claro que haya enemistades justas, la solución de fundar la política en la amistad se empantana. O lo justo funda a lo político y en ello se da la amistad, o lo político se funda en la fuerza y la amistad es su justificación. La identificación de la fuerza y la justicia es consecuencia de aceptar el fundamento bélico.

Supongamos que la paz es fundamento de la amistad y la amistad es fundamento de la política. Superaríamos las enemistades en el momento en que tornasen amistades, y cuando las amistades se volviesen más complejas aparecería lo político. Si la superación fuese justa, la amistad sería justa. Pero de ahí no hay manera en que lo político sea justo. Además, es falsa la necesidad de superar la enemistad: no soy enemigo de quien no conozco. Para la guerra y para la paz, dice en algún lugar Gabriel Zaid, se necesita ser comunes. La paz no puede fundar la amistad, ni la amistad puede fundar la política. Queda la pregunta: ¿qué es lo político?

Evadiendo todavía la pregunta, también se puede suponer que la amistad funda la paz y la paz funda lo político. A primera vista parece creíble: hay amigos que pelean aunque no sean enemigos. Pero la falsedad es doble, porque ni los amigos buscarían la paz por justa –de lo contrario carecerían de razones para pelear-, ni la política fundada en esa “paz amistosa” sería justa. Sería el extremo contrario a los deificadores de la guerra: ninguna razón sería válida para pelear. La amistad que sólo busca la paz en realidad anda buscando la indiferencia. ¿No se debaten actualmente nuestras amistades entre la indiferencia y el poder?

Námaste Heptákis

 

Para no olvidar. 1. Han pasado 21 meses de la desaparición de los normalistas de Ayotzinapa. Durante la semana, la CNDH presentó los resultados de su investigación del asesinato del normalista Julio César Mondragón, afirmando que murió por contusión craneal y que no fue desollado, sino que la piel faltante en su rostro fue sustraída por fauna. En respuesta a ello, el equipo de forenses argentinos declaró que el cuerpo, al momento de los análisis forenses, no tenía las características necesarias para poder determinar con exactitud la participación de fauna o descartar el desuello; aunque, por el tipo de cortes en la piel, hay mayor probabilidad de acción humana. Posteriormente, en reunión de los padres con los funcionarios de la Segob se acordó que habrá mecanismo internacional de seguimiento de la investigación, que será constante y que están asegurados los recursos para el mecanismo; falta precisar cómo se determinará a los integrantes del mecanismo y el conjunto de sus acciones legales. Además, Animal Político consiguió, por transparencia, los resultados completos del tercer peritaje (oficial) del basurero de Cocula. Presentado por los funcionarios el pasado 1 de abril, se había informado que el peritaje confirmaba un «evento de fuego», aunque era difícil determinar su fecha exacta. Si bien es cierto, es inexacto; ahora se sabe que el peritaje confirmó al menos cinco eventos de fuego en el lugar. ¿Qué más se quemó en el basurero de Cocula? Los padres de los desaparecidos también se reunieron con Areli Gómez, titular de la PGR. En la reunión volvieron a solicitar la renuncia de Tomás Zerón. Por último, Héctor de Mauleón presentó una vía más para continuar la investigación del caso: Cuetzala. 2. El próximo lunes 18 se cumplen seis años de la masacre de Gómez Palacio, que dejó 18 ejecutados. Los asesinos eran reos del penal de Gómez Palacio a los que se les ordenó salir durante la noche con armas y vehículos oficiales para irrumpir en una fiesta y cumplir una venganza. No hay funcionarios detenidos. 3. El próximo martes 19 se cumplen cuatro meses de la desaparición forzada de los jóvenes de Papantla, Veracruz (Alberto Uriel Pérez Cruz, Luis Humberto Morales Santiago y Jesús Alan Ticante), quienes fueron desaparecidos por policías municipales. No hay novedades en su caso.

Escenas del terruño. 1. Andrés Manuel López Obrador, el precandidato presidencial mejor posicionado en las encuestas, siempre da nota. En entrevista, el pasado jueves, declaró: «no queremos construir el nuevo México a partir de escombros». 2. Según cuenta Álvaro Enrigue, el héroe nacional Mariano Matamoros fue mujer. 3. Germán Castro recuerda, en Nexos, a Jorge Ibargüengoitia e invita a firmar la solicitud para que los funcionarios de la CDMX nombren una calle en memoria y homenaje al escritor. 4. La indignación es selectiva. En la semana se dio a conocer que Humberto Moreira ha demandado por daño moral al profesor Sergio Aguayo. Organizaciones civiles y medios de comunicación han dado respaldo público a Aguayo. El diario Reforma le dedicó mención en la portada del miércoles 13. Públicamente se sancionó el intento de censura. El mismo miércoles 13, en su programa de radio, Ciro Gómez Leyva dio a conocer las amenazas de muerte que recibió de parte de un grupo de secuestradores por el seguimiento periodístico que, junto a su equipo, ha hecho al caso de Isabel Miranda de Wallace. La única muestra de apoyo la ha otorgado la también amenazada señora Wallace. ¿Vale indignarse por la censura a Aguayo y no hacerlo por la censura a Gómez Leyva? La indignación es selectiva, ni duda cabe.

Coletilla. “El que reza de forma individual pidiendo solamente por sus propias necesidades se parece al que se ocupa de fortalecer su casa solamente y no colabora en la fortificación de las murallas de la ciudad”. Jehuda Helevi