Para ti que dices ser un interino en la vida, en mi vida.
Cual compañero circunstancial te presentaste, y a pesar de mi soberbia a mi lado te quedaste, entre idiomas y materias a veces juntos caminamos, entre lecturas y letras ahora nos encontramos.
Estamos envejeciendo, cada uno por su lado, pero el habito de la amistad suele juntarnos a ratos; a veces lo que nos une son las dudas y quebrantos, otras veces el deseo de saber o el de reírnos un rato.
Pero es la misma fe, la que alimenta aquello en lo que confiamos, la que nos une y la que nos da la esperanza de salvarnos y hallar agua en el desierto que vemos crecer aterrados.
Un amigo es una luz en la oscuridad de una caverna, y es el hilo de Ariadna que nos libera de la bestia. Eso has sido tú, con todo y que te dices interino, porque gracias a la amistad ha sido posible el diálogo, que al versar sobre lo justo convierte a las Erinias en Euménides y previene el surgimiento de Tiranos.
Compañeros circunstanciales fuimos desde hace muchos años, ahora somos amigos y en Cristo somos hermanos. Que Dios bendiga tus pasos e ilumine tu camino, y que te permita en Cristo seguir siendo luz y sal en este mundo tan oscuro y tantas veces desabrido.
Muchas gracias por tu amistad, por tu risa, por tu tiempo y por seguir caminando conmigo.
Maigo.