Antemano

Pobrecita de la palabra ‹antemano›, tan abusada diario en los camiones y trenes del metro de la Ciudad de México. Es ya una de esas locuciones que no sirve más que en fórmula, como pasa con ‹alevosía y ventaja› que se dicen como si fueran una sola palabra. Casi nadie pensaría en usar ‹antemano› en una oración casual. Es cosa estática, masa para merolicos, composta para cartas formales. Si alguien la hablara con total soltura mientras platica con los cuates o mientras charla con la señorita del puesto en lo que ella envuelve los tamales, se escucharía raro o presuntuoso. Aparte, la fórmula en la que más frecuentemente se acopla, ‹de antemano gracias›, es tosca. Parece afirmar: «mira, ni sé si me vas a hacer caso o si escucharás atentamente mis palabras, pero me vale bolillo, yo te agradezco porque soy bien educado». Pero se me está pasando la mano. Tampoco hay por qué siempre asumir lo peor. Puede escucharse también como «tan bien sé de tu decencia, que no hace falta corroborarla antes de agradecerte». En realidad no hace mucha diferencia. De una manera o de otra, ‹antemano› quedó como algo que es más moño que palabra.

Yo creo que es su parte -mano, más que su parte ante-, la que me hace sentir esta extraña especie de lástima. ¿De dónde vendrá la idea de que ante-mano quiere decir «con anticipación, anteriormente, antes que otra cosa»? Traté de que me resolvieran la duda las etimologías que tengo a mi disposición ‒que no son muchas. En línea, el diccionario de la RAE y la base de etimologías de Chile dicen, ambos, lo mismo (que es también lo más evidente): la palabrita se formó con el prefijo ante- que quiere decir «anterioridad en el tiempo [antes] o el espacio [frente]» y con la palabra mano, que por supuesto nombra a la llamada herramienta de herramientas (1). Eso no dice prácticamente nada sobre por qué es necesaria para esta idea de anticipación que metamos las manos. El diccionario de Corominas lo deja a uno peor, incluso, porque ‹antemano› y otras muchas palabras que así empiezan las anuncia como demasiado obvias para necesitar ser consideradas fuera de la entrada que les corresponde sin prefijo; en este caso: mano. Si uno busca entonces qué hay respecto de su gemela del otro lado del Río Bravo, ‹beforehand›, el Online Etymology Dictionary tiene algo más interesante que decir: del vocablo se tiene registro desde el siglo XIII, pero se advierte que en ese contexto, su significado es dudoso «a menos que la noción original sea pagar por adelantado o hacer algo antes de que la mano de alguien más lo haga». Esto es nomás sugerencia, pero ya nos ayuda a figurar mejor.

Lo que yo sospecho es que esta sugerencia tiene algo de razón. Parecería que ‹antemano› nombra un modo de abrir las manos para adelantarse, para hacer algo. No hay conflicto sobre si esto quiere decir que se las abre antes o que se pongan frente a uno: ambas cosas suelen ir juntas cuando presentamos a alguien nuestras palmas abiertas. Recuerdo ahora el cuento muy difundido sobre que el apretón de manos se estilaba como muestra de confianza entre dos personas que admitían no estar armadas. Sea o no cierto, algo así imagino que está detrás de esta desairada expresión: un ánimo de abrirle paso al otro de confiar en uno, de acercarse al acuerdo. Ahora, podríamos llevarlo muy lejos. Podríamos decir que aquello de que la mano es la herramienta de herramientas lo dice Aristóteles al mostrar que el alma humana es como una mano, pues es forma de formas, y de ahí podríamos pensar que mostrar las palmas simboliza que somos almas puestas frente al otro, imaginando en el dicho de lo que se hace de antemano una apertura y entrega enormes ante aquél con quien estamos, y que es por vernos a nosotros en la posibilidad de hacer esto sin esperar que el otro lo haga también que la palabra finalmente llegó a sonarnos con este tono de anticipación que más nos gusta combinar con el agradecimiento; pero decir esas cosas sería exagerar. Posiblemente no llega hasta ese punto lo que podemos achacarle al uso menos descuidado de ‹antemano›. Aun así, no le negaría el toque que lo pinta como confianza en el acuerdo. Y si algo de eso pudiera rescatársele, no tardaría en alegrarme. Recibiría su nuevo aliento de brazos y manos abiertas.

1 Acerca del alma, 432a: ἡ χεὶρ ὄργανόν ἐστιν ὀργάνων.