Ella cargó con un secreto
cuatro años de su vida.
Pero el peso que arrastró,
no fue el mismo cada día.
El primer año, le pesó el secreto
y también, haber mentido.
El segundo le pesaron esas cosas
y también, un año entero
de sumir esa mentira bajo sombras.
El tercero, la curvaron los tres males
y también, ver a todas las personas
a los ojos escuchando, y escucharlas
confiando que conviven entre iguales.
Para cuando vino el cuarto año
el secreto había crecido
engullendo una mentira,
consumiendo un disimulo
traicionando hasta el hartazgo.
Y se le sentó en el pecho
hasta el último respiro,
hasta la última agonía,
ella cargó con un secreto
cuatro años de su vida.