Aquellos tiempos

Remember how we laughed away the hours
And dreamed of all the great things we would do

Mary  Hopkin

Dicen que el pasado es como el vino: se saborea mejor con el paso de los años. Quizá en su momento no sepamos apreciar lo que nos sucede, pero a la luz de los años lo consideramos con mayor claridad. En ocasiones sonreímos con añoranza al ver ese brillante tesoro que puede ser el pasado. A veces el contraste con el presente moribundo nos pone nostálgicos al sentir que nunca apreciamos aquél en su justa medida. Por otro lado, el paso del tiempo también permite condenar las calamidades y tener razones para ello. En este caso o agradecemos no encontrarnos en aquel entonces o tratamos de hallar razones para la condena. Esta última siempre requiere de un ejercicio de memoria; recordar qué sucedió, cómo y por qué aconteció. Luchando por no ser sobrecogidos por la calamidad, quien reflexiona busca encontrar algún sentido a su pasado.

Los días y los años del escritor Luis González de Alba es un intento por lo anterior. Haciendo frente a la atrocidad perpetrada en Tlatelolco, la obra es una rememoración de los acontecimientos previos a esa tarde fatídica. Sabemos y leemos que el mismo González de Alba gestó y escribió el libro en prisión. Alejado de una consideración usual, Los días y los años no es solamente un testimonio del verano y otoño de 1968. Creerlo así sería que la crónica presentara el episodio desollado, incluso con fines morbosos. Además de relatarnos las juntas y decisiones previas a la matanza, el relato se alterna con miradas a las conversaciones sostenidas entre el autor y sus compañeros en Lecumberri (frecuentemente sostenidas con sus amigos). Observamos que ni las murallas de los intereses individuales ni las de Lecumberri propiciaron que algunos dejaran de reunirse en torno a una mesa. A este cruce de historias, se añade por momentos ensoñaciones del mismo González de Alba. Tales ensoñaciones aparecen y se esfuman, vuelven y huyen, se encienden y oscurecen. Con cada suspiro lanzado por aquel entonces ya sucedido —o jamás ocurrido— su imaginación pervive en la reclusión y desaliento. No toda reordenación del pasado obedece a una reconstrucción de los hechos.

Revisitar el pasado no es igual a reproducirlo. Adherido a la historia nacional, nos acordamos casi inconscientes del año 68. Reproducimos la historia a la inversa y el episodio queda inscrito en la línea del tiempo. Fui educado que en el año mencionado ocurrió algo vergonzoso y hórrido, aunque tal vergüenza y horror no pudiera sentirlas. Consideraba el año marcado por la represión, aunque no comprendiera qué fue lo que se reprimió. Así como yo, para muchos otros el año 68 se volvió una etapa más. A veces con dolor, a veces con nostalgia, contemplamos la cicatriz sin querer recordar por qué está ahí. Junto con ello olvidamos que es una marca de una herida jamás curada o concluida.

Interrumpido o fallido, el movimiento del 68 ha quedado vacuo. Las desmemoria es tanta que el movimiento sirve como bandera proselitista o legitimación de grupos apolíticos. Si los registros históricos y la visión edulcorante han contribuido a ello, leer Los días y los años ayuda a realmente lamentarnos y sentir la alegría por ese pasado. Detrás de nosotros está la rosa marchita, la cual quizá nunca volverá a ser lo que fue, pero eso no le quita su belleza aneja. Constantemente Luis González de Alba se quejó de que los protestantes jamás entendieron el significado del 02 de Octubre. La juventud poco ha entendido lo que sucedió en aquellos días: el intento de los jóvenes por hacer política y un trabajo común. Los jóvenes nos hemos vuelto rancios; dejamos que Psiquis desistiera de perseguir a Amor.

Moscas. Sorpresa ha causado el asesinato del juez local, Vicente Antonio Bermúdez. No sólo es inaudito por ser un crimen, sino por que este juez ha presidido juicios de sonados personajes del narco. Asimismo el crimen da para pensar qué tan confiable es hacer justicia en México.

II. En la semana provocó revuelo la abstención de Andrés Romer en la UNESCO. Más importante que Roemer es la disputa no cultural detrás entre Israel y Palestina, la cual es detallada por Meschoulam.

III. Controvertida ha sido la propuesta de otorgar la Medalla Belisario Domínguez a Gonzalo Rivas. La controversia incluso llegó a las pantallas mexicanos en Despierta con Loret de Mola. ¿El heroísmo es un concepto propio de la burguesía o del sistema?