El juez que mandó cambiar el nombre al dogal se excusó entonces, diciendo que la palabra no era nada sino aire empujado por el pecho; y sin embargo, por diez años su sentencia fue la muerte.
"Una docena de años viendo cómo se parten por docenas otras cosas en el mundo"
El juez que mandó cambiar el nombre al dogal se excusó entonces, diciendo que la palabra no era nada sino aire empujado por el pecho; y sin embargo, por diez años su sentencia fue la muerte.