Liberales injustos

Dar un regalo no es simplemente desprenderse de algo. Dar obsequios tampoco es un modo de presentarse ante la sociedad como quien sí puede agradar a todos. Parecería que lo más difícil de regalar es que se pierde algo nuestro. Pero verlo así, además de caer en el vicio de la avaricia, es como taparnos los ojos para no ver que un regalo puede ser algo bueno. El regalo no sólo divierte o alegra momentáneamente a quien lo recibe, es algo que se puede observar, usar, reutilizar o simplemente tirar después de no rechazarlo cortésmente. Regalar implica una relación con la persona a la que se le va a regalar algo, pues si no se le conoce lo suficiente, el regalo no sólo no le será útil, puede serle perjudicial.

A los niños se les dan juguetes de regalo para que se diviertan. Esto es conveniente hasta que dejan de ser niños. Un regalo a un amigo adulto debe implicar algo más que diversión; a menos que lo consideremos muy infantil. El adulto ya tiene un modo de comportarse, puede saber ligeramente qué le resulta mejor hacer y qué peor. A un adulto puede serle útil un rifle, si es que vive en medio del desierto rodeado de coyotes o perjudicial, si es que se trata de una persona irascible. Al regalar, uno evidencia qué tanto conoce al afortunado obsequiado y si espera su bien. Los niños deben ocupar casi todo su tiempo divirtiéndose, hasta que dejan de ser niños. El problema de los padres es saber cuándo y de qué manera deben empezar a tratarlos como algo más que niños; con los regalos se puede ayudar al hijo a caminar más allá del umbral de la niñez.

Siempre me resulta muy complicado regalar un libro. Si tengo un amigo que acaba de pasar por una ruptura ¿me conviene regalarle Las cuitas del joven Werther, Ana Karénina o Noches Blancas? Si es un compañero que estudió algo impráctico y se siente tratado injustamente por la sociedad ¿sería como darle un hachazo si le regalo Crimen y Castigo? Si encuentro a un hombre sin aspiración alguna en la vida, una persona melancólica, ¿debo regalarle El ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha? Creo que nadie dudaría que siempre es bueno regalar algún diálogo de Platón, pero difícil es saber cuál sería más indicado según las reflexiones que imperen en el alma de a quien se le piensa regalar. Dar un regalo nos exige preocuparnos no sólo por el obsequio, sino porque este sea bueno. Ahora comienzo a vislumbrar por qué la liberalidad era considerada una virtud por Aristóteles.

Yaddir