Incendiarios de periódicos

Hay un desprecio enardecido hacia la prensa por parte de dos grandes pensadores alemanes. El más indirecto, pues lo pone en boca de tres personajes, es Goethe en el Fausto. La idea se puede resumir señalando que el periódico es un entretenimiento de burgueses con el que falsamente creen que su posición es la mejor sólo por ser la más cómoda. El otro pensador, quizá sea el pensador con las ideas más enardecidas de occidente, es Nietzsche. Él se limita a decir que odia a los alemanes porque inventaron la prensa. Ambas posturas parecen exageradas, pues vemos que los periódicos nos ayudan a comprender en qué mundo vivimos. Pero quizá ahí se encuentra el verdadero motivo por el que esas dos grandes almas señalaban su aversión al papel informativo, pues la comprensión del mundo puede ser más difícil de lo que podemos leer en varias docenas de páginas.

No porque Goethe y Nietzsche cuestionen seriamente la labor de los periódicos, no resulte bueno mantenerse informado. La información bien seleccionada puede ayudarnos a entender nuestra situación política, el modo en el cual los diversos administradores toman sus decisiones, cómo éstas nos afectan y qué podemos hacer ante ellas o con ellas. También podemos vislumbrar la posible influencia que tienen los empresarios en las legislaciones que pueden cambiar nuestro modo de relacionarnos cotidianamente. Por otro lado, en el periódico encontramos los principales temas que les interesan a la mayoría de las personas. Además en esas páginas también leemos pensadores que nos ayudan a entender con un mejor contexto la información de nuestro País. Pero esos mismos pensadores pueden generarnos opiniones falsas, aparentes, que nos confundan. El problema es cómo pensar adecuadamente las noticias. Y antes de ello, cómo saber qué noticias realmente nos informan y por qué esas noticias sí informan y no confunden. Quizá el mejor modo de enterarse bien de una noticia sea leyéndola en varios periódicos y de ahí colegir cuál es el que constantemente proporciona la mejor información. Para entender el mundo se necesita más que una hojeada.

Quizá Goethe aceptaría que los periódicos podrían ser buenos si ayudan a que la cultura se propague y se entienda; si es que muestran con el debido cuidado la importancia y pertinencia de la cultura al espíritu del hombre. Pero creo que Nietzsche consideraría más importantes otros aspectos del alma humana que los de informarse para saber dónde vive; consideraría más importantes los que, como Goethe, eleven su espíritu, aunque, a diferencia de Goethe, sin necesidad de una comunidad política; quizá tampoco considere buena una comunidad cultural.

Yaddir