Unidad con pies de barro
Come Mexicans, Muslims, LGBT and Jews
keep your eyes wide for what’s on the news
for President Trump is expressing his views,
and I fear that the mob he’s inciting
Will soon break your windows
and burn down your schools
For the times they are a-changing back…
En el primer libro de su República, Platón mostró la diferencia definitiva entre el clan y la comunidad política. Carl Schmitt fue, quizá, quien más claramente lo aprendió y, sin duda, quien más persuasivamente lo ocultó: nada nos hace más unidos que un enemigo en común. Ante el peligro, para el abogado católico, las diferencias políticas se suspenden y los hombres se suman en torno a la causa del líder. El liderazgo triunfa, se ha de concluir, cuando la comunidad política torna en una gran familia. El peligro forja la unidad. En el peligro está la salvación.
En días recientes, la unidad se ha vuelto unánime y para triunfar, en los días que vienen, deberá encontrar un liderazgo legítimo, o legitimar un liderazgo, o acrecentar el peligro. Si encuentra un liderazgo, al menos habrá ley; de lo contrario, cundirá el peligro. Los días que vienen serán nublados.
No veo en el horizonte camino para la unidad nacional ahora presumida. Creo que no prosperará y que todos sabemos que nos ronda su término. Vislumbro cuatro escenarios para la unidad nacional ahora presumida; los expongo en el camino.
El primer escenario para la unidad nacional tiene una fecha específica: 4 de febrero de 2017. Ese día se registrará un aumento más en el precio de la gasolina. ¿La unidad nacional ahora presumida sobrevivirá a la inconformidad por el aumento al precio de la gasolina? Probablemente el aumento exhibirá la falsedad de la unidad nacional. El aumento anterior mostró, a través de los saqueos, la fractura de la población general, la incordia social en que plantamos los pies, la carencia de unidad. ¿Es mayor el temor por las decisiones del norte que la incordia cruel? Mientras la guerra con Donald Trump sólo sea con palabras, la mayoría descargará su resentimiento en la acción directa contra los nacionales. Incluso cuando los políticos profesionales declarasen su unidad y exhortaran al término de la violencia, la fractura que se exhibió en enero quedará intocada. El gasolinazo de febrero mostrará la fragilidad de la unidad.
El segundo escenario no tardará más de seis meses en presentarse: el siguiente caso de corrupción del gobierno federal. En cuanto los equipos periodísticos que están investigando –digamos que en Valle de Bravo, Huixquilucan y Texas- la corrupción federal presenten un caso más, el apoyo al presidente Peña Nieto se esfumará y los partidos que esta semana lo respaldaron –incluso el amoroso López Obrador- se desmarcarán, tomarán distancia y recordarán al electorado –porque en el lapso que aquí preveo hay elecciones- su diferencia. Mientras la guerra con Donald Trump sólo sea con palabras, la mayoría satisfará su afán de linchamiento con escándalos de una semana. Incluso cuando las nuevas reglas para la censura aminoren la difusión de los nuevos casos de corrupción, la presumida unidad nacional se exhibirá falsa. El siguiente escándalo de corrupción desilusionará de la unidad.
El tercer escenario debe mencionarse sin rodeos: la unidad nacional no resistirá el siguiente atentado del narco. Trump, el gasolinazo y la corrupción nos han servido para distraernos del mayor problema nacional, y la presumida unidad nacional no ha hecho más que ignorarlo. Incluso cuando la guerra con Donald Trump no sea sólo con palabras, nada nos protegerá ante la violencia del narco. La guerra con Trump es el escenario ideal para la siguiente etapa de la guerra contra el narco. El expresidente Felipe Calderón, abogado católico como Carl Schmitt, ha propuesto dejar de colaborar con Estados Unidos en la lucha contra el narco, ha sugerido incluso la conveniencia de dejar pasar los cargamentos por el territorio nacional y que sea responsabilidad exclusiva del país adverso su revisión. Quizás a Calderón le faltó concluir que donde abunda el peligro… Perspicaz, Jorge G. Castañeda ha dicho que si se va a subir el tono de la confrontación hay que empezar por la expulsión de los agentes de la DEA que trabajan en el país; suspicaz, no nos recordó la operación Irán-contra. La presumida unidad nacional mostrará su mera apariencia cuando el narco vuelva a alzar la voz. Ante la sangre reconoceremos que estábamos jugando con capa de Supermán y casi creímos que podíamos volar.
El cuarto escenario se va presentando desde ayer y tras su calma aparente oculta la posibilidad de convivir con los otros tres escenarios. Rodolfo Usigli le llamó gesticulación y nombró con ello al modo mexicano de hacer política. El presidente Peña Nieto comunica a la nación que acordó con el presidente Trump no hablar públicamente del tema escabroso; que la distensión sea producto del fingimiento. El ingeniero Carlos Slim expresó que es necesario prosperar económicamente para estar en condiciones de negociar con Donald Trump, que es un asunto económico y no político; mientras, el ingeniero ha arreglado sus acuerdos comerciales y financia la investigación del segundo escenario. El licenciado López Obrador anuncia que hará una gira por Estados Unidos para acompañar a los migrantes mexicanos; mientras, se preparan los documentos que se repartirán durante la gira poniendo especial atención en la activación de las credenciales del INE para votar desde el extranjero, claro, no pensemos mal, sin credencial vigente ¿cómo poder ayudarlos? En el mismo escenario podrían encontrarse la sensibilidad que suspenda un segundo (y tercero) gasolinazo o un acuerdo privado con cierto cártel de Jalisco. La unidad nacional gesticulada no será, pese a todo, menos débil; sólo será más difícil de entender. Su límite se encontrará, sin duda, en los afanes de violencia nacionales. La gesticulación puede administrar la delación, pero no podrá contener a la crueldad.
La crueldad, empero, no debe asimilarse al peligro, pues mientras una apela al poder de un modo específico, el otro es indeterminado. El peligro es un engaño abstracto. No habrá unidad mientras no podamos reconocer la crueldad.
Námaste Heptákis
Escenas del terruño. 1. El pasado jueves se cumplieron 28 meses de la desaparición de los estudiantes de Ayotzinapa. Los padres de los desaparecidos volverán a reunirse con los funcionarios de la PGR para conocer los resultados de la investigación interna por las irregularidades en las pesquisas del caso. 2. Interesante reportaje de un rancho de exterminio zeta que funcionó cuando el actual gobernador independiente de Nuevo León, el priista Jaime Rodríguez «El Bronco», era alcalde de García. 3. Inquietante la propuesta de Julio Hubard en Milenio el pasado domingo: los millenials acertaron y su falta de compromiso, su descuido del mundo, su desidia exhiben el derrumbe del mundo industrial y de los Estados Nación. Ante la debacle, Julio vuelve la mirada a la inteligencia de nuestro clásico vivo y encuentra en El progreso improductivo la clave de nuestros tiempos. Coincido con Hubard. 4. Curioso. Los mismos que se indignaron por las ofensas del millonario Donald Trump a un periodista, celebran ahora la ofensa del millonario Carlos Slim al director editorial de Milenio, Carlos Marín. Sabemos que Epigmenio no lanzará a sus huestes a posicionar un hashtag contra Telmex, que don Fede no denunciará la inmoralidad de la ofensa y que la señora Dresser no lo mencionará siquiera en la mesa del lunes. La indignación, ya lo hemos dicho, es selectiva. 5. ¿Leyeron La Jornada del 24 de enero? ¿La sección El correo ilustrado? Sucede que los «filósofos» de la Ciudad de México, agremiados en una cosa llamada Observatorio Filosófico de México, los mismos que nombraron a la velocista Ana Guevara como defensora de la filosofía, exigen a los constituyentes que en la Ciudad de México se establezca la obligatoriedad del «alto contenido filosófico» de la educación. Obviamente, ya hay un Observatorio Filosófico de México para medir el contenido filosófico. Quieren chamba, pues.
Coletilla. “No se puede ser sincero y parecerlo a la vez”. André Gide