¿Cómo pensar que sería posible ahogarse donde uno encuentra aire en demasía? Aire mudo, aire sordo y perezoso como borracho un domingo en la madrugada. Tanto viento rodeándolo, viento y nada más. Viento estático, pesado como dos toneladas de hielo polar. Viento que no se mueve, no transmite y no calienta. Así es el lugar donde se encuentra prisionero un hombre o dios, ya ni él mismo puede recordar, que otrora fue el altruista número uno de la humanidad. Eso es verdad, tan verdadero como que el sol ilumina la tierra, eso es verdad y el perezoso aire se niega a contarlo.