Al gusto

El pueblo de san José de las centellas tiene fama de ser muy hedonistas: los habitantes se las han arreglado para formar una comunidad que no podría ser tan feliz en ningún otro lugar. Cada mes, dependiendo de las ansias que tengan la mayoría de sus integrantes, eligen por votación, la casa de alguno de sus habitantes al azar. Después, todos se unen para prenderle fuego. La ley es sencilla: el dueño de la hoguera tiene prohibido sacar sus pertenencias, mientras que todos los demás ciudadanos tienen la responsabilidad de reconstruirla una vez acabada la fiesta, de ese modo se garantiza que todos queden satisfechos.