Con cada modulación de voz su paciencia se agotaba, con cada palabra emitida sentía que su amor se marchitaba. Y es que con cada grito que emitía era menos lo que escuchaba, ya no hablaba, ya no oía, porque como una bestía gritaba.
"Una docena de años viendo cómo se parten por docenas otras cosas en el mundo"
Con cada modulación de voz su paciencia se agotaba, con cada palabra emitida sentía que su amor se marchitaba. Y es que con cada grito que emitía era menos lo que escuchaba, ya no hablaba, ya no oía, porque como una bestía gritaba.