¿Cómo saber oportunamente si había regresado? De cualquier manera los médicos actuales no han podido ponerse de acuerdo en qué fue lo que ocasionó, hace ya unos dos mil años, tan terrible tragedia. ¿Por qué deberían empezar a preocuparse de los fantasmas del pasado? Sí, al igual que en Atenas, la plaga comenzó poniéndole los ojos rojos a todos los habitantes del Distrito Federal, y sí, también, cada uno de los infectados corrió a beber toda el agua que podía como si fueran caballos de carreras. La diferencia entre los Atenienses y los chilangos, fue, principalmente, que aquellos antiguos y civilizados hombres no poseían un sistema de transporte colectivo como es le metro. Por eso sucedió que la peste acabó con más de un ochenta por ciento de la población citadina. Es una pena, en verdad, que a pleno siglo veintiuno no haya modo de asegurar que pestes tan terribles broten, al igual que hace tanto tiempo, de la nada.