No es tu paso lo que espero, porque ese ya pasó. Te sé glorioso y te recuerdo, en el cenáculo, en la cruz y del sepulcro saliendo.
Una sola vez has salvado al hombre porque con ello ha bastado, pero la elección del bien no es fácil cuando ni siquiera sabemos lo bueno que es estar salvos.
No es tu paso lo que espero, sino mi decisión. A veces quisiera tomar contigo el madero y abrazar la redención, pero la duda me hunde en las aguas y te niego ante la adversidad, porque no niego que siento miedo y que la tempestad de este mundo me acobarda, aunque quisiera negar el miedo y reunirme contigo en amistad.
No es tu paso lo que espero, porque ese ya pasó, espero un corazón sincero que latiendo desde mi pecho me abra a la redención.
Maigo