Envidia

Esto de la magia negra es un tema un tanto complicado de juzgar. Resulta que Jaime había pasado el fin de semana en casa de sus suegros. Para festejar su nuevo empleo, su prometida, Mariana, le había hecho un banquete al que invitaron a ambas familias. Todos pasaron un muy buen rato conviviendo como si un brujo envidioso no hubiera pasado tres días urdiendo un maleficio en contra del afortunado joven. Dicen que el domingo a media noche, cuando regresó bien alimentado a su hogar, el festejado; encontró su cuarto retacado de hongos que crecieron en exceso por la humedad. Según cuenta su prometida, Jaime hubiera muerto pues incluso hubieran crecido en sus vías respiratorias, ojos y oídos. Nadie se pudo explicar cómo fue posible, estando el clima tan soleado, que toda su ropa se hubiera echado a perder bajo estas circunstancias extraordinarias. De cualquier manera, el pobre Jaime, perdió su empleo pues llegó demasiado tarde a su primer día de trabajo, y aunque no lo mató, el maleficio del brujo consiguió arruinarle la vida.