Gazmoñerismo #76

«Olvidó hasta su nombre», dijeron. Pero no se daban cuenta de que ese caminar constante, ansioso, obsesivo -siempre en el mismo lugar, siempre de un lado al otro-; de que esa terquedad de no cambiar de sitio, de dar los mismos pasos en los mismos lugares, era el último recurso de su alma para deletrear en cada paso su apellido.

Gazmogno