Simulación o disimulo

Simulación o disimulo

 

Revisito libremente a Teognis de Mégara. Originalmente, se trata de seis versos, o tres dísticos, de una sección bien conservada de las Elegías. En esta ocasión, intenté llevar los dísticos a cuartetas. ¿Se vale el intento? Por lo demás, el poema muestra una característica específica de la moral griega: su practicidad. Al lector que le recuerde al sexto de los Ensayos de Francis Bacon, le quedarán mucho más claros los límites de la practicidad moral.

 

 

Corazón, acorde al amigo

alterna tu tenaz talante,

adecuado con cada uno

según cada caso se trate.

 

Del pulpo toma el carácter,

que siendo él siempre flexible

de la piedra semeja parte

cuando a ella él se le ciñe.

 

Cambiar deberías ahora

que de otro color se tiñe.

Pues la astucia ha de ser prora

o naufraga el inflexible.

 

 

Garita. Si así será la campaña, nos vamos a aburrir bastante. El año pasado, en entrevistas con Pepe Cárdenas (que comenté aquí) y Carmen Aristegui, Andrés Manuel López Obrador inauguró su nuevo estilo de comunicación: indicando a los periodistas qué han de preguntar, cómo lo han de preguntar y para qué. Además, presentó su faceta de cómico voluntario. Por los días de su designación, José Antonio Meade (en entrevista que Cantumimbra comentó acá) corrigió una pregunta que le hizo un reportero del diario El País, pues se debían hacer las preguntas adecuadas a lo que quiere el candidato. Hace unos días, en su registro como candidato de Movimiento Ciudadano, Ricardo Anaya fue callado por Dante Delgado, quien determinó qué preguntas se han de hacer al candidato. El año pasado, López Obrador dijo que no habrá problema si no le hacen las preguntas que él quiere, pues tiene redes sociales para difundir su mensaje. Tras el replanteamiento de la pregunta, la gente de Meade difundió su mensaje. Tras la grosería de Delgado, la gente de Anaya difundió su mensaje. En algo ya ganó el estilo de López Obrador: será la campaña del soliloquio estruendoso.

Coletilla. Buen recuerdo de José Luis Martínez desde la pluma de “La China” Mendoza.