Glotón

Estaba atrapado dentro de una galleta, sus brazos y sus piernas, entumecidas, no tenían la fuerza para romper su prisión. Lo último que recordaba era el familiar olor a cloroformo con el que capturaba a sus víctimas. Parece que esta vez alguien lo había capturado con su propia trampa. En fin, desorientado y todavía adormilado, lo único que pudo pensar como solución a su problema, fue decorar su prisión.

Deja un comentario

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Imagen de Twitter

Estás comentando usando tu cuenta de Twitter. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s